Columnas

Descontrol sexual y la sociedad

Recientemente (19 octubre 2017) una publicación americana comentaba sobre los problemas de lo que llamaba el “sexo fácil”. Venía a decir que el sexo se ha “democratizado” y se ha vuelto más accesible, una evolución que, pese al optimismo que rezuman las palabras democratizar y accesibilidad, no puede decirse que esté ocurriendo precisamente para bien. Tal es la teoría que el sociólogo Mark Regnerus, profesor asociado en la Universidad de Texas, desarrolla en su libro Sexo barato: La transformación de los hombres, el matrimonio y la monogamia, en el que efectúa un análisis de la situación a partir de varios estudios sobre las prácticas y preferencias de los jóvenes norteamericanos de 25 a 34 años.

Y ante esta realidad socielmente inaceptable y que debe y puede cambiarese, reconicerlo es como una luz que pretende encender el sociólogo ante el sombrío panorama descrito: y que para transformar la realidad, hay que empezar por comprenderla. “Creo que el libro nos capacita para ‘ver’ mejor la situación en la que estamos –dice–, y reconocerlo puede ser de una extraordinaria ayuda. Entender cómo ha sucedido es un buen primer paso para ayudar a las personas a navegar en este “mar de las relaciones de modo más casto y prudente. El cambio puede y debe ocurrir y empieza por ver los problemas con claridad”.

También en Europa, personalidades reconocían que hay  crisis del matrimonio y de la familia, pero añadía que han sido efectuadas por colonizaciones ideológicas que son  equivocación de la mente humana, y exhortaba a estar atentos ante busca destruir la familia.

Y hay realmente desconocimiento sobre estas ideologías,  que  destruyen la parte nuclear de la persona, su antropología sexual. Como alguien recordaba hay corrientes que como los nazis mataron 50 millones de personas, el marxismo 100 millones; pero actualmente hay la ideología de género lleva más 40 millones de abortos –muertes- cada año…

Pretende que uno elija el tipo de “género” al que quieren pertenecer. Esto hace que hombres y mujeres heterosexuales, los homosexuales y las lesbianas, y los bisexuales sean simplemente modos de comportamiento sexual producto de la elección de cada persona.      Este es el punto; porque se debe recordar que no hablamos de defender “lo tradicional”, algo amable que deba conservarse.  Nos encontramos ante algo que afecta al corazón de nuestra cultura, a la paz: que está afectada de modo trágico por el desintegración de la familia operado desde los años sesenta del pasado siglo por esta ideología. No podemos dejarlo.

Una noticia reciente narra precisamente una reacción popular en defensa de la familia tradicional. De cómo derrotó Croacia al gobierno, apoyado por la UE, quiso imponer un programa de “educación” sexual en las escuelas públicas

La reacción ciudadana fue inmediata y presentó ante la Corte Constitucional un recurso contra ello. Y el Tribunal declaró que la asignatura vulnera “el derecho y la libertad constitucional de los padres a la educación de sus hijos” y canceló el programa, Croacia dio al mundo un ejemplo digno de ser imitado.

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