Columnas

Obstáculos al crecimiento

Guatemala es un país rico.  Tiene abundantes recursos naturales, diversidad de climas, tierras muy fértiles, gente muy laboriosa y emprendedora.  Entonces, ¿porqué no nos hemos desarrollado? ¿Por qué no crecemos más rápido?  Pienso que nos falta entender algunos conceptos económicos.  Veamos algunos:

Un mayor gasto del gobierno implica más despilfarro y corrupción sin que mejore el nivel de vida de los más pobres a la vez que resta recursos al resto de la población.

El problema no son los ricos.  Éstos no se enriquecen a costa de los pobres, sino que cooperan mutuamente con ellos creando mas riqueza para todos.

La economía no es un juego de suma cero.   El intercambio libre y voluntario es beneficioso para ambas partes.  Éste intercambio genera ganancias a los que intercambian y beneficia a toda la sociedad.

El comercio exterior tampoco es un juego de suma cero.  Todos los que intercambiaban resultaban ganando de los ahorros que causa el comprar a esas empresas o personas del país que sea donde resulta más económico el producto o servicio.

Las inversiones no solo benefician a unos pocos. Las inversiones en maquinaria, herramientas y fábricas que incrementan la productividad son necesarias y beneficiosas para todos independientemente de donde venga el capital.

Estoy convencido que, en una verdadera economía de mercado bajo un Estado de Derecho, donde se respeten los derechos individuales a la vida, la libertad y la propiedad, donde no existan privilegios y que los intercambios sean totalmente libres y voluntarios, los ricos sólo pueden enriquecerse mientras enriquecen a los demás.   Por ello, es importante traer más personas que poseen capital para que inviertan en el país, no ahuyentarlos.  Y sólo así podríamos lograr un mayor crecimiento económico que beneficiara a todos.

La creación de riqueza ocurre en la economía de mercado.  Este sistema es el único que puede mejorar más rapidamente el nivel de vida de todas las personas.   Su fundamento moral es la libertad por lo que supera a cualquier otro sistema conocido hasta ahora que se basan en la coerción.

Para lograr ese ansiado crecimiento económico nos urge salir del “mercantilismo” que no es más que un sistema de intervención estatal donde se otorgan privilegios y protección a ciertos sectores, desde sindicalistas hasta pseudos-empresarios, haciendo más pobres a los pobres y ricos a los ricos.

El verdadero capitalismo no implica privilegios para nadie.  Se fundamenta en la libertad de producir e intercambiar libremente, respetando los derechos de los demás.  Los intercambios son pacíficos deben ser libres y voluntarios.   Se defienden como principios fundamentales la propiedad privada, la vida y la libertad.   Nadie puede hacer nada que dañe a otras personas.  Si lo hace estára sujeto a la justicia.    A una justicia conmutativa y no distributiva.  El ser humano es el centro del sistema y así como es libre es igualmente responsable.

Si llegáramos a entender cómo se crea la riqueza entonces resolveríamos el problema de la pobreza, sobretodo el de los lugares paupérrimos en el interior del país y en los alrededores de las ciudades más grandes e importantes.

Si entendemos los principios de la creación de riqueza entonces consideraremos inmoral pedir privilegios, pedir más impuestos, pedir al gobierno que nos resuelva nuestros problemas, dejaríamos de atacar a los empresarios y admiraríamos sus destrezas, rogaríamos a los capitalistas del mundo que vengan al país, que aquí colaborarían trabajadores, empresarios y capitalistas en la producción de más bienes y servicios para todos aquellos que la demandan.  En fin, comenzaríamos a trabajar en la reducción de nuestra pobreza.

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