El aprendizaje es el modo de desarrollar el talento
Este es el título de uno de los puntos que presenta el filósofo español José Antonio Marina en su libro Objetivo: generar talento publicado en 2015 en España. En este apartado señala que para generar talento con rapidez y permanencia se tiene que entrar en la era del aprendizaje. El cerebro tiene una capacidad de aprender continuamente, semejante a una organización o empresa que se mueve sin parar. Por eso tiene una capacidad social de aprender. La sociedad estimula el aprendizaje al cerebro. Marina retoma a los autores Argyris y a Schôn al sugerir que una organización es en su raíz una empresa cognitiva que aprende y desarrolla conocimientos (1974). Eichinger y Lombardo consideran que la agilidad o capacidad de aprender con rapidez en entornos cambiantes es una competencia fundamental (2004).
Es posible aprender operaciones concretas, pero el trabajo de aprendizaje integrador lo hace la persona que aprende.
Es posible aprender operaciones concretas, pero el trabajo de aprendizaje integrador lo hace la persona que aprende. A su vez Marina cita a Antonio Bolívar al describir que el aprendizaje integrador lo realizan las escuelas que aprenden de la sociedad del conocimiento. Las escuelas que aprenden significa que incrementan su capacidad de aprendizaje con un grado de valor añadido que es estar en mejores condiciones para elegir bien las metas y para gestionar e invertir todo su capital intelectual. Para Peter Senge son las organizaciones que aprenden. Estas institucionalizan procesos de reflexión y de aprendizaje de grupos especializados en la planificación y evaluación de sus acciones y adquieren la competencia educativa de “aprender a cómo aprender”. Esto implica transformar los modelos mentales vigentes y generar visiones compartidas o conocimientos comunes entre estos grupos. Lo cual es similar a lo que hace en educación la competencia “aprender a aprender” que es incorporar procesos pedagógicos de aprendizaje en las instituciones educativas y sociales para generar capacidad de desarrollar nuevo conocimiento.
Una organización educativa que aprende es la que realiza los procesos necesarios para aprender colegiadamente de la experiencia pasada y presente para procesar la información, corregir errores y resolver problemas de un modo creativo y transformador, no acumulativo ni reproductivo, sino innovador. Marina toma de Pearn y colaboradores, 1995 un modelo de 6 factores que posibilitan este proceso. Son: 1. Personas como aprendices, 2. Cultura favorecedora, 3. Visión compartida para el aprendizaje, 4. Incremento del aprendizaje, 5. Apoyo de la gestión, y 6. Estructura transformadora. Por lo general las organizaciones educativas como la escuela se resisten al cambio, por lo que cualquier proceso de transformación debe ir precedido de un esfuerzo de convencimiento de que el cambio es necesario. Aquí es la inteligencia generadora la que debe aceptar y proponer el cambio. La inteligencia generadora es la que determina las metas, posee los criterios de evaluación y toma las últimas decisiones acerca de la realización de las reformas. Y la inteligencia ejecutiva es la que toma las decisiones al elegir los objetivos, las metas, los proyectos, los criterios de evaluación y dar la orden de marcha. Y además selecciona, organiza y adiestra al personal que actúa como inteligencia generadora.