Crisis política gana fuerza con huelga policial en Honduras
Por: Manuel Ordóñez
Honduras atraviesa una de las etapas más difíciles de su historia, por el rechazo generalizado al supuesto fraude cometido en el conteo de los votos emitidos durante las elecciones generales celebradas el 26 de noviembre, que terminó con la reelección del presidente Juan Orlando Hernández.
Pero el conflicto social, agravado tras conocerse la eventual ventaja del mandatario nacionalista (42.98%) sobre el periodista deportivo Salvador Nasralla (31.39%), llegó tal vez a su punto máximo con el anuncio de parte del cuerpo élite de la Policía Nacional de sumarse a las protestas.
Los miembros de la fuerza especial Cobra anunciaron que sus elementos se mantendrán en sus cuarteles y no saldrán a las calles a reprimir a la población, que continúan exigiendo el recuento de las boletas y la revisión de las actas por considerar como real triunfador al candidato de la Alianza Opositora.
Los efectivos del comando especializado en combatir grupos organizados y en operativos antiterroristas exigieron al Tribunal Supremo Electoral secundar la solicitud de la mayor parte de la ciudadanía y reiniciar el conteo de cada una de las boletas, conforme con lo reflejado en las 522 actas, para ponerle fin a un problema que ellos no crearon.
“Aquí se trata de respetar la voluntad del pueblo, expresada en las urnas”, declararon, mediante un comunicado y subrayaron que el “compromiso de nosotros es con la sociedad hondureña”.
Los militares expresaron que ellos no responden a intereses políticos y criticaron la destitución del director de la unidad especial Encarnación Guerrero, en la norteña San Pedro Sula, por reclamar sus derechos.
De este modo, probaron su respaldo a quienes insisten en que Nasralla es quien ganó el sufragio y abogan por frenar el ímpetu continuista de Hernández, empeñado en mantenerse en el poder después de un fallo judicial dudoso, orientado a burlar la impedimenta de la reelección implícita en la Carta Magna de Honduras.