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¿Pacto fiscal?

El titular de la Superintendencia de Administración Tributaria (SAT) ha estado hablando últimamente de la necesidad de un pacto fiscal. La historia vuelve a repetirse y esta cantaleta de la necesidad de un pacto fiscal vuelve a surgir ya que en el pasado esto se ha estudiado y al final poco se ha aplicado.

Veo a la SAT como la oficina de cobros del Gobierno. No le veo otra función. Así de sencillo. Y lo que deben hacer es cobrar. Y para ello es que ahora busca un pacto fiscal que pocos pueden entender lo que es.  Pero imagino que es ponerse de acuerdo con las partes que deben pagar impuestos para que los terminen pagando.  Suena raro, pero los que ya pagan impuestos lo seguirán haciendo y los que no seguirán evadiéndolos.

Ayer, Hugo Maúl escribió un artículo (SAT y Pacto Fiscal, El Periódico) sobre el tema recordándonos que en el año 2000 se establecieron ya los lineamientos para un pacto fiscal.  De ellos, hay siete principios que Hugo nos recuerda de ese pacto y que reproduzco aquí:  “1) Velar por el cumplimiento de las obligaciones tributarias y simplificar los procedimientos administrativos para alcanzar este objetivo; 2) Mejorar la eficiencia y eficacia en el cumplimiento de las obligaciones tributarias; 3) Propiciar un sistema de administración tributaria justa y no arbitraria; 4) Promover la confianza de los contribuyentes en la administración tributaria, aplicando los procedimientos de cobro sobre la base de la buena fe; 5) Persecución y combate coordinado del incumplimiento tributario, en el ámbito interno evitando y sancionando el comportamiento indebido de sus funcionarios y funcionarias y en el externo, aplicando medidas rigurosas de sanción a los contribuyentes evasores; 6) Institucionalización y profesionalización del personal, y; 7) Adopción de una estrategia sistémica y de seguimiento continuo a la fiscalización, transparencia y evaluación de la gestión interna.”

“A Guatemala le falta simplificar su estructura tributaria para que los tributarios tengan más facilidad de pagar sus impuestos y que la SAT pueda cobrarlos también en forma más fácil”.

De esta cuenta, esta oficina enorme de cobros, que además tiene mucho poder (aunque algunos no lo consideran así), tiene todas las herramientas para cobrar.  No se trata de darle más poder como dijo un anterior superintendente, Miguel Gutiérrez, ya que por la vía judicial puede garantizarse el debido proceso de no violar los derechos de los tributarios cuando hay discrepancias en cuanto a montos a pagar de impuestos.

A Guatemala le falta simplificar su estructura tributaria para que los tributarios tengan más facilidad de pagar sus impuestos y que la SAT pueda cobrarlos también en forma más fácil.  Las reformas tributarias han sido nefastas en este país complicando de tal manera la forma en que cualquier persona debe pagar impuestos.

No es a base de más complicaciones e impuestos que se logrará que los informales se vuelvan formales, al contrario, simplificando la estructura tributaria todos ganaremos.  Pero esto no tiene que ver con un pacto fiscal, sino con una reforma tributaria que vaya dirigida a la simplificación de los impuestos que se tienen que pagar en este país.  Menos impuestos harán que la eficiencia se incremente, menos tasas harán que la gente prefiera pagarlos y no evadirlos, y menos cantidad de diferentes impuestos evitará confusiones, complicaciones y también corrupción.

De nada sirve un pacto fiscal si nuestro enredado sistema hace que los guatemaltecos prefieran evadir los impuestos.  Pero tampoco se debe hablar de impuestos si no se tiene transparencia y calidad de gasto, una materia pendiente de aclarar para que lo que se llama moral tributaria se recupere.

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