Columnas

Navidad: Sentido y valores

Ya estamos cerca de la Navidad, y abundan frases publicitarias: Que la paz les acompañe en estos días… Que el Niño Dios les llene de felicidad…… y muchos añaden: en unión con su familia. Que incluyen valores universales, que dan forma a nuestra cultura y que son compartidos por cualquier persona de buena voluntad, incluso por no cristianos.

Aunque hay sociedades donde han ido perdiendo estas ideas tan claras. En una entrevista en un país europeo preguntaban a niños sobre el tema de qué se celebra el 25 de diciembre. El 67% identificó el 25 de diciembre sólo con Papá Noel, personaje en quien muchos creían en su existencia: un viejito vestido de rojo y con barba blanca…

A propósito, muchos recuerdan los consejos del Cardenal Quezada, cuando se refería –con su habitual buen humor- a que comenzaba la época navideña y pidió que no perdamos las tradiciones guatemaltecas, las posadas, el nacimiento… No le demos tanto lugar a ese barbudo feo de Santa Claus, que no tiene nada que ver con nosotros…; si alguien quiere conservar ese tipo de figuras, que lo haga, pero que no pierda las costumbres que promovió el Hermano Pedro.

Valorar lo nuestro, porque son cosas que se pueden perder. El problema es que entonces –probablemente- se habrán perdido valores de siempre y universales; y éstas son cosas que se pierden no tanto por culpa de los malos, sino por la dejadez de no haber sabido defenderlos.

Y ¿qué celebramos?

Históricamente la celebración del 25 de diciembre fue una inteligente iniciativa de los cristianos del siglo IV: la fiesta pagana dedicada al ‘Sol Invicto’ romano comenzó a presentarse como signo del nacimiento de Cristo. Y se ha convertido en una fiesta popular, llena de sentido, recordando ese Nacimiento. Y es lo  que debemos preocuparnos de mantener: lo demás –tamales, regalos…- son cosas que ayudan, si sabemos lo que celebramos y obramos en consecuencia.

Por ejemplo, con los ‘nacimientos’, tan propios de nuestro país, que comenzaron por iniciativa de San Francisco de Asís y que aquí, como se recordaba anteriormente, los introdujo el Santo Hermano Pedro, y sin duda han ayudado –como las posadas- a tener presente el Nacimiento de Jesús

Afortunadamente en Guatemala vivimos ahora, como se recordaba,  en la casa con colorido de aserrín, sabor de tamales y buñuelos. Con el árbol de Navidad a veces como complemento del portal de Belén. Afortunadamente los Nacimientos son parte de nuestra cultura, y siempre que podemos, los hacemos, con la colaboración de grandes y pequeños y todos gozan. Y las posadas, que en muchas colonias mantienen a partir del 15 de diciembre. Incluso la quema del diablo que tiene el sentido de anticipar la fiesta de la Inmaculada y –de alguna manera- el inicio de la Navidad; y enviando felicitaciones de Navidad con un tema cristiano. Todo ayuda al verdadero sentido de la Navidad; hasta los Centros Comerciales en que se ponen nacimientos.

Ayudemos entre todo a mantener el sentido de estas fiestas. Y así, como alguien comentaba, hasta lo pasamos mejor...

[media-credit id=225 align=»alignnone» width=»480″]TEXTO PARA COLUMNISTA[/media-credit]