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La crisis como estilo de vida

Guatemala se acerca peligrosamente a la línea de adyacencia para convertirse en un Estado fallido, transversalmente vivimos una crisis política, económica y social que se agudiza con el paso del tiempo.

La crisis política iniciada en abril de 2015 cuando la Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala y el Ministerio Público dieron a conocer los primeros grandes casos de corrupción en el gobierno de Pérez-Baldetti, así también evidenciaron cómo se ha estructurado y ha operado la impunidad en el Estado.

La crisis se ha profundizado con el actuar errático del presidente Morales quien manifiesta en su desempeño un desconocimiento pleno de los problemas y de la gestión pública, sumado a esto las acciones perversas que ha emprendido el legislativo con el pacto de corruptos y como para echarle más leña al fuego las declaraciones del Comisionado Iván Velásquez de que en enero próximo se darán a conocer nuevos casos, esto contribuye a mantener la expectativa en la población y la inestabilidad política.

En los dos últimos años se ha evidenciado la debilidad de la que adolecen los partidos políticos al no cumplir con ser intermediarios entre gobernados y gobernantes, estremece asumir que no hay liderazgos nuevos que puedan llenar ese vacío que han dejado los líderes de la vieja política.

En el aspecto social también se vive una crisis de gran dimensión, de acuerdo con datos proporcionados por la última Encuesta de Condiciones de Vida la pobreza y pobreza extrema ha crecido; lo mismo podemos decir del desempleo y en consecuencia el empleo informal; el gobierno carece de planes de prevención en salud así como sigue siendo un problema el desabastecimiento de medicamentos y las pésimas condiciones de la infraestructura hospitalaria; la migración es sostenida y los menores sin acompañamiento siguen buscando una oportunidad tras la frontera; en educación no se tiene norte, el conflicto con las escuelas normales sigue siendo extendido en el tiempo, da grima la infraestructura de muchas escuelas, la cobertura retrocede, la calidad se aleja cada vez más, y es manifiesta la incapacidad de gestión pedagógica y administrativa; en las calles no vemos presencia de la autoridad pública, a los policías se les observa con el celular en mano, chuleando patojas y aplanando calles, no se evidencia por ninguna parte la vocación de servicio y el pleno conocimiento de sus funciones de prevención y respuesta al delito, la mayoría de homicidios en su contra es porque no estaban preparados para enfrentar la situación o estaban distraídos.

La economía también está en crisis, debemos recordar la baja en competitividad y los resultados de las calificaciones de instituciones como Estándar & Poor así como los indicadores de producción que en los dos años de gobierno del señor Jimmy Morales han caído a 3.1% y 2.8% respectivamente, situación que vuelve más grave la condición de las mayorías. El modelo económico debe dar el salto cuántico para convertirse en un modelo eficiente generador de riqueza y oportunidades, contrario sensu la pobreza seguirá causando violencia, migración a gran escala, desnutrición infantil, desempleo y angustia a la mayoría de guatemaltecos.

Se hace ineludible la construcción de consensos y retomar los principales postulados de los acuerdos de paz para salir de la crisis y volver a la senda que tenga como imagen objetivo el Estado de bienestar.

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