Columnas

Navidad de 2017

Si algo es inexorable es el paso del tiempo.  Cada año sentimos menos que el tiempo pasa.  Nos damos cuenta cuando ya estamos a final de año celebrando otra Navidad.  Como si nada.  En la medida en que nos vamos volviendo mayores sentimos que pasan desapercibidos los días, meses y años.

Pero no es así en realidad.  Cada día es una oportunidad para ser feliz y ser mejor.  Cuando lo logras no importa el tiempo, no importa entonces estar a la vuelta de cualquier fecha importante porque todos los días luchamos con nosotros mismos para ser mejores personas, ser felices y contagiar a los demás de estas actitudes positivas y provocar algo de felicidad en el otro.

Este año, como todos, he tenido momentos tensos en el trabajo, en la Universidad y en varias de las actividades en las que termino metiéndome.  Tensión por discusiones fuertes que al final encuentran su solución y terminan siendo parte de lo que llamamos gajes del oficio por lo que no vale la pena molestarse ni molestar a los demás enojándose sin necesidad.  Tensión por situaciones incómodas con errores que cometemos y que los clientes notan pero que también tienen solución y no pasa nada, todo se resuelve.  Tensión porque quiero hacer algo y una lesión me lo ha impedido, pero es temporal y al final, vuelvo a hacer lo que quería con más ilusión que antes.  Tensión porque hemos perdido a un ser querido, un ser importante en nuestras vidas pero al final la vida sigue y honramos a la persona ausente viviendo lo mejor que nos dejó.

Y así, puedo mencionar momentos de tensión que se pueden convertir en mil y una emociones desde enojos, decepciones, depresiones, tristezas, etc… que termina siendo pasajeras, más cortas que lo que uno se imagina al inicio y que se superan siempre.  Por eso, no vale la pena tomarse tan en serio ni tan a pecho muchos de estos momentos negativos ya que todos tienen solución.

“En la medida en que nos vamos volviendo mayores sentimos que pasan desapercibidos los días, meses y años”.

Dicen que la muerte es lo único que no tiene solución, pero al final todos vamos a morir algún día y si estamos preparados y preparamos a nuestros seres queridos y amigos, esa ausencia se convertirá en un grato recuerdo, positivo, que nos hará mejores a todos.

Celebramos esta Navidad disfrutándola, en medio de una obligada pausa que nos motiva a meditar y vivir momentos especiales con nuestros seres más queridos, con nuestra familia.  Meditaciones que implican agradecimiento a Jesús de Nazaret que viene a recordarnos que la familia es lo más importante en la vida de cada uno.  Es el motivo de la celebración, el nacimiento de Jesús.

Llegada la Navidad llegan las reuniones con amigos del trabajo, de la universidad, del colegio, de la vecindad, pero sobretodo con la familia.  Si hay algo especial en esta fecha es esa reunión familiar que tanto anhelamos.  Algunos gozamos de nuestra familia todo el tiempo.   Hay quienes que por motivo de distancia y trabajo pueden reunirse en esta ocasión.  Aprovechémosla al máximo para decirle a nuestros seres queridos lo importante que son en nuestra vida y para compartir nuestras creencias en ese Dios de bondad y amor que nacerá pronto en nuestros corazones.

Desde mi hogar, les agradezco su paciencia leyendo de cuando en cuando estas líneas que escribo con pasión y dedicación cada semana sobre temas que a veces son tediosos pero importantes, a mi modo de ver, para que vivamos en una mejor Guatemala.   

Deseo de todo corazón que tengan una feliz y cristiana Navidad, que viva profundamente el Nacimiento de Cristo, que aproveche a perdonar a quien le deba un perdón, a agradecer a quien deba agradecer y que sea feliz disfrutando este gran acontecimiento en familia, el Nacimiento de Jesús, como debe ser.

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