Mark Twain y los propósitos de Año Nuevo

Estamos a pocos días de iniciar el 2018, es una época de reflexión para algunos, y, sobre todo, la época en la que muchos deciden hacer propósitos de Año Nuevo. Lo cual no es algo nuevo, ya en 1863 era una costumbre habitual:

«Ahora es el momento preciso para hacer las buenas y habituales resoluciones de año nuevo. La próxima semana puede comenzar a pavimentar el camino al infierno con ellas, como es de costumbre. Ayer, todos fumaron su último cigarro, tomaron su último trago y juraron su última blasfemia. Hoy, somos una comunidad piadosa y ejemplar. En treinta días a partir de hoy, habremos lanzado nuestros propósitos al viento y volveremos a nuestros antiguos hábitos y andanzas, en un tiempo considerablemente más corto que el anterior. También reflexionaremos gratamente sobre cómo hicimos lo mismo el año pasado en estas fechas. Sin embargo, sea partícipe de la comunidad. El Año Nuevo es una institución anual inofensiva, de ningún uso particular para nadie, que es utilizado como chivo expiatorio por borrachos y promiscuos, es el momento de hacer llamadas amistosas y resoluciones falsas, aun así, deseamos que lo disfrute con la soltura que amerita la grandeza de la ocasión.» —Mark Twain, New Years Day | Publicado en el Territorial Enterprise el 1 de enero de 1863 [1]

Dejando por un lado el cinismo y el humor negro que caracterizaba al escritor, Mark Twain, no cabe duda que es la época en la que la gran mayoría de personas se propone metas que rara vez cumplirá. En mi humilde opinión, Twain tiene toda la razón, son propósitos inofensivos que no dañan a nadie, más que a uno mismo, ¿autoengaño? La persona que desea dejar de beber, no espera para embriagarse por última vez el 31 de diciembre, simplemente un día cualquiera de julio, o del mes que sea, decide dejar de hacerlo, si es muy serio, se inscribe en Alcohólicos Anónimos. Quien desea bajar de peso, no se atraganta de comida durante las fiestas, pensando que el 1 de enero, las cosas van a cambiar. Esa persona comienza poco a poco a formarse hábitos alimenticios saludables y a llevar una vida menos sedentaria, es una decisión que se toma en el HOY y no se espera a que llegue el mañana o el primero de enero, como en este caso, para hacerlo.

Esa es la principal razón por la que considero, que estas promesas fracasan, siempre hay excepciones, claro está. Pero esas excepciones son personas con la determinación y fuerza de voluntad suficientes para hacer los cambios en cualquier momento, que escojan el primero de enero es algo circunstancial.

Las decisiones y las acciones se toman en el ahora. El pasado ya pasó y el futuro no ha llegado, pero todo comienza hoy, ¿por qué esperamos siempre el mañana para actuar? Si no estoy lista para hacerlo hoy, difícilmente lo haré mañana o me tomará más tiempo convencerme de hacerlo, o quizá, nunca lo haré.  Los seres humanos rara vez cambiamos, pero cuando lo hacemos, es porque hemos llegado a la conclusión de que necesitamos un cambio en nuestras vidas y debemos actuar de inmediato. Hay decisiones que ameritan de más tiempo para pensarlas, pero estamos hablando de propósitos de año nuevo. Tampoco nos pongamos metas inalcanzables, que Warren Buffett lea 500 libros al año, no significa que yo lo haré, hay que ser realistas. Esa es la principal razón por las que muchos fracasan en el intento, de nada sirve proponerse metas que difícilmente se cumplirán.

¡Feliz Año Nuevo!

[1] [reimpreso en The Works of Mark Twain; Early Tales & Sketches, Vol. 1 1851-1864, (Univ. of California Press, 1979), p. 180.]

TEXTO PARA COLUMNISTA

 

Carmina Valdizán

Abogada y analista guatemalteca, presentadora de televisión y escritora.