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Necesaria construcción de un proyecto educativo

América Latina ha entrado al siglo 21 con enormes compromisos pendientes respecto al siglo veinte, señala el sociólogo chileno José Joaquín Brunner, particularmente en el campo educativo, lo que se expresa en la necesidad de modernizar la educación técnica del nivel medio y superior, mejorar la calidad, ampliar la cobertura escolar, resolver el problema de la deserción e incorporar a la población indígena al sistema educativo, condiciones higiénicas y  alimentación de la niñez.

El siglo 21  trae nuevos retos vinculados al crecimiento económico, a la equidad social,  educación ambiental, integración cultural, enfrentar adecuadamente el impacto de la globalización y  avances tecnológicos, así como un mercado internacional  exigente de nuevas competencias educativas.

Guatemala está inserta en esta realidad, lo que nos obliga a diseñar y poner en práctica un nuevo modelo educativo para sentar las bases que  promueva un desarrollo capaz de trascender nuestro rezago. El costo de resolver las deudas pendientes y agregar lo nuevo, es tremendamente alto. De ahí que el Estado tenga que orientar sus acciones para establecer mínimos   acuerdos  en torno a un proyecto educativo que resuelva los problemas del pasado y avanzar en los retos del futuro.

Existe  en la conciencia de la sociedad el significado de  que la educación es una vía de desarrollo, y que, sin una inversión en formación de recursos humanos, Guatemala quedará irremediablemente sumergida en el atraso. Los ejemplos son evidentes de países que le han apostado a la educación, han logrado avanzar en calidad de vida. Por ello, la ciudadanía reconoce que ésta es un resorte de movilidad social, que permite a las familias vivir con dignidad. Significa que si se mejora el sistema educativo, las condiciones de vida mejorarán.

Los guatemaltecos aspiramos a vivir con dignidad, lo que se traduce en la búsqueda de un modelo educativo que  ofrezca certeza para trascender los niveles de incertidumbre, desconcierto,  confusión e improvisación que ha estado presente en el sistema educativo. Es nuestro derecho  pensar y llevar a la práctica un proyecto educativo sobre la base de acuerdos mínimos, para alcanzar un consenso capaz de definir las coordenadas que orientarán el devenir en la educación.

No es suficiente conocer nuestras debilidades y rezagos. Ya no hay tiempo para seguir lastimándonos y lagrimeando de lo que no hemos sido capaces de hacer. Se debe emprender una  actitud proactiva en la que todos podamos caminar.

Habrá que superar esa dicotomía de lo público y lo privado. En educación todos somos guatemaltecos, porque soñamos con un  país educado y culto. Debemos superar lo étnico-racista del sistema educativo. Habrá que resolver el problema de  agua potable, servicios sanitarios, mejores aulas y escritorios. Implementar los comedores escolares para mejor la alimentación escolar, porque todos  tenemos derecho a una educación con calidad.

La equidad de género se impone como otro de los aspectos sustantivos a tomar en cuenta en esta puesta de acuerdo por la construcción de un proyecto educativo y ofrecer a miles de jóvenes  posibilidades que les permita un futuro de certezas y realizaciones personales.

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