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Desarrollo en la Primera Infancia

Recientemente, 17 y 18 de enero 2018, se celebró en Guatemala un encuentro por la primera infancia, a nivel de convención hemisférica dentro de la agenda internacional en apoyo al desarrollo de la niñez, adolescencia y juventud. Bajo el eslogan: “de la Ciencia a la Aplicación a Gran Escala”. Entre otros ponentes, destacaron los investigadores científicos Regino Piñeiro y Támara Díaz de Cuba; actualmente, realizando estudios de investigación en México; también, las guatemaltecas: Mireya Palmieri de Incap, Nancy Juárez de Cedep y Magalí García de Sazo.  Miguel Gutiérrez con un estudio de caso de parte de Child Fund -Guatemala-.  Estuvo presente  La Comisión  del  Menor y la Familia del Congreso de Guatemala y el experto Peter Rohloff, de Mayan Health Alliance. Entre decenas de instituciones relacionadas al tema, el Mides estuvo presente a través de su Unidad de Comunicación Social.

Se hizo énfasis en la calidad de la educación universal y de su importancia en los niveles de productividad de una sociedad. Sobresalió que para alcanzar un mejor sistema de enseñanza, es fundamental que todo Estado procure fortalecer capacidades de aprendizaje, concentración y atención en los primeros años de infancia.  Indicando que el aumento de estas habilidades radica en una buena formación del espacio neurosensorial del bebé que depende a su vez de la capacidad del sistema nervioso de formar nuevas neuronas y nuevos contactos entre ellas (sinapsis).  El éxito consiste, se enfatizó, que esas uniones neuronales sean más fuertemente entrelazadas. Una buena formación de sinapsis  es la base para una mejor memoria, una mayor concentración y mejores niveles de atención. Que se resume en el concepto: Neuroplasticidad del Cerebro. Todo lo cual, fortalece el aprendizaje. Indicaron que el propósito del Estado debería focalizarse en atender la parte neurosensorial de la niñez guatemalteca.

En uno de los resúmenes  se concluyó que  la capacidad de aprendizaje de la niñez se facilita, si se cuenta con: 1. Leche materna durante los primeros seis meses del niño ya que es fuente abundante de omega 3. La disminución de omega tres en el cerebro, conduce a una pérdida precipitada de neuroplasticidad (fallo en la formación de neuronas).  2. El afecto materno y paterno que se experimente durante la primera infancia es esencial en la niñez, adolescencia y juventud. Necesitamos adultos emocionalmente estables; y 3. Nutrición balanceada con elementos menores. La deficiencia marcada de hierro en la embarazada puede causar daños severos en el cerebro fetal; y por tanto, marcar el desarrollo neurosensorial en el futuro bebé durante sus primeros mil días.

Por ello, un buen comienzo en la vida garantiza un futuro sostenible para todos. El aumento y mejora de la productividad de toda nación, país o república descansa en la formación de su gente. Y en esto, la educación es clave. Pero, optimizar la productividad colectiva de una sociedad, requiere; antes que la educación primaria y básica, de una adecuada estimulación neurosensorial del bebé durante la primera infancia. Los primeros mil días de infancia, es una etapa crucial en el crecimiento. No habrá otros mil días iguales.

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