Columnas

Dia de la mujer y temas conexos

Recientemente (EWTN Noticias  18 marzo) con ocasión del  Día Internacional de la Mujer llamó la atención con un artículo que aclaraba que precisamente el aborto y los anticonceptivos no  sólo no empoderan a la mujer, sino que acaban por convertirla en objeto sexual de uso y desecho, y rompe la virtud de la responsabilidad en el varón.

La Dra. Marcela Malos, conferencista internacional en temas de sexualidad para padres y jóvenes, aclaraba que en el momento en que entran los anticonceptivos o el preservativo en la vida de los esposos, el poder de crear una nueva vida es desechado, como que lo echáramos a la basura; y tanto los anticonceptivos como los preservativos han roto la virtud de la responsabilidad en el varón, y eso no hace que “nosotras como mujeres seamos más libres, sino que tendrá que asumir las responsabilidades que el varón a veces no quiere asumir”.

Y concretando el tema de la concepción recordaba las múltiples veces en que la ciencia aseguró que la vida comienza en la fecundación; más recientemente en 2015

los científicos Keith Moore y Mark Torchia  mostraban que el desarrollo humano es un proceso continuo que comienza cuando un ovulo de una hembra es fertilizado por el esperma de un varón y el desarrollo humano comienza para formar una sola célula, la nueva criatura que tiene características humanas desde su comienzo.

Temas interesantes, pero que no hay que olvidar que hay que saber aclararlos sin cansarse. Porque hay un peligro que nos acecha a todos; cansarse de defender lo que es bueno y aclarar lo que es malo, Como es una reciente aprobación del aborto: algo malo y hay que llamarlo por su nombre. Fue algo malo, que puede traer consecuencias muy  malas, si  nos cansamos de aclarar. Como decía Chesterton «Llega el momento en el que deberemos luchar por demostrar que la hoja del árbol es verde». Suena un poco tonto… pero intentemos mostrarlo más que demostrarlo: la verdad se impone.

Es el caso  del matrimonio –uno con una y para siempre, abiertos a la vida- es parte del programa humano, del funcionamiento de la persona humana. Cuando llaman matrimonio a otro tipo de uniones, ocurre como con la moneda falsa: eso nos afecta a todos, porque todos perdemos confianza en la moneda verdadera. Del mismo modo, el matrimonio falso puede crear desconfianza en el compromiso interpersonal del matrimonio, en la solidez de la unión. Casarse –base de la familia y de la sociedad- lo convierten en un trámite poco fiable, poco creíble dada, por ejemplo, la lógica y comprobada inestabilidad de las uniones homosexuales, que no son matrimonio.

Podríamos concluir que estos son temas que nos interesan a todos –deben interesarnos- y cuando ha habido pasos en falso, no nos olvidemos que el matrimonio y la familia son patrimonio de la humanidad: y vamos a ganar.

Pero el principal daño sería… cansarnos. Caer en la desesperanza, que es como la coartada de la comodidad. Es la peor corrupción: la del pesimismo. Además, la verdad es que, aunque los hechos son testarudos, los principios mucho más. Las hojas, aunque algunos no quieran verlo, siempre son verdes.