Editoriales

El gobierno De Facto que nadie eligió

Tradicionalmente, se ha definido la república como la forma de gobernar de los países en los que el pueblo tiene la soberanía y facultad para el ejercicio del poder, aunque sea delegado por el pueblo soberano en gobernantes que elige de un modo u otro. En la práctica suele pensarse que la forma de estado de un país es la monarquía si tiene rey, y república si no lo tiene. Lo cierto es que una república está fundamentada en el “imperio de la ley” y no en el “imperio de los hombres”.

Una característica fundamental del sistema de gobierno republicano es la división de poderes, constitucionalmente establecida, que son usualmente tres, divididos en cuanto a sus funciones específicas: un órgano administrador, representado en el Poder Ejecutivo, otro “hacedor de leyes” llamado Poder Legislativo, y otro que tiene la misión de aplicar esas leyes en los casos específicos sometidos a su apreciación, que es el Poder Judicial. La división de poderes ya estuvo propugnada por Montesquieu, como un modo de equilibrar y controlar el poder evitando abusos por parte de quien lo ostenta.

En las repúblicas democráticas, el Jefe de Estado ha de ganar unas elecciones. Estas elecciones pueden ser directas o indirectas (se forma un consejo especial o colegio electoral). Cuando el presidente es electo, normalmente, desempeña su cargo en un periodo preestablecido (generalmente, de cuatro a seis años), finalizado este periodo, se celebran nuevas elecciones. Muchas legislaciones nacionales, limitan el número de reelecciones a las que puede presentarse un Presidente cuando ya ha concluido su primer mandato.

En el País del Realismo Mágico, hemos encontrado que existe un gobierno de facto que nadie eligió y que hoy día se abroga funciones para las cuales nadie le ha otorgado mandato ni representación alguna, tomándose atribuciones arbitrarias e ILEGALES, que rozan el ridículo con sus resoluciones, pues pretenden pasar por encima de los tres poderes del estado, que conforman nuestra REPUBLICA.

Nos referimos a la denominada CORTE DE CONSTITUCIONALIDAD, que en su momento fue el garante de velar por el mantenimiento de la defensa de nuestra CONSTITUCIÓN POLÍTICA DE LA REPÚBLICA DE GUATEMALA. Y que hoy día se ha plegado a intereses que pretenden la realización de un LAWFARE, o golpe de estado blando, pretendiendo defender a personas o grupos que no han sido electos popularmente y que únicamente buscan sus propios intereses, ya sea económicos, políticos o de cualquier otra índole, sin pensar que con sus actos atropellan nuestra carta magna.

Estos señores que integran la CC nunca fueron electos por el pueblo y no tienen mandato para legislar u ordenar a NINGÚN PODER DEL ESTADO. Por lo que los guatemaltecos debemos permanecer atentos a sus arbitrariedades, so pretexto de la lucha contra la corrupción, y ellos mismos tienen problemas como el prevaricato, defensa de intereses espurios en contra de la institucionalidad del estado entre otros.

Afortunadamente los buenos guatemaltecos sabemos que los señores que hoy día conforman la CC, no son eternos en el cargo y que tarde o temprano tendrán que rendir cuentas de sus actos ante un pueblo que los juzgará y definirá su destino de acuerdo con sus actos.

NADIE EN ESTE PAÍS ESTÁ OBLIGADO A OBEDECER ILEGALIDADES, ya es tiempo que los poderes del estado que, SI FUERON POPULARMENTE ELECTOS, tomen cartas en el asunto y frenen cualquier intento por lograr el rompimiento constitucional.

Por una nación libre, justa y solidaria.