Mujer y Hombre en la Historia
Con ocasión del pasado Día de la Mujer, se recordaba que la palabra féminisme fue utilizado por primera vez en 1837. Según ONU Mujeres, se tiene constancia de que fue el francés Charles Fourier quien lo utilizó para describir la liberación de la mujer en un futuro utópico. Pocos años después, en 1848, tuvo lugar la primera convención por los derechos de las mujeres en Nueva York; y en 1893, Nueva Zelanda se convierte en el primer país que reconoce el voto a la mujer. Estos dos eventos pusieron de manifiesto que el lugar que se le había otorgado a la mujer frecuentemente en la sociedad no era inamovible. Las impulsoras fueron ejemplo y estímulo para que miles de mujeres comenzaran a cobrar conciencia de la necesidad de hacer valer sus derechos.
En nuestros días parece que volvemos a vivir un nuevo despertar de la conciencia femenina que nos acerca a un futuro, ya no utópico, sino realista, en el que los hombres y las mujeres gocen de los mismos derechos y reciban el mismo trato sin ningún tipo de discriminación.; y esto interesa a todos, hombres y mujeres, Y necesitamos una reflexión y actuación conjunta sobre la situación y el papel de la mujer en nuestra sociedad, por el bien de la sociedad de todos.
Y se recordaba aquella leyenda donde se cuenta que, durante siglos no se tomó demasiado en serio a las mujeres en su papel en la sociedad, porque un filósofo griego erigió la tesis de que la naturaleza había creado algunos individuos para que éstos mandasen sobre los demás, y a otros para que les obedeciesen. Entre los primeros estarían, por supuesto, los varones, entre los segundos las mujeres. Y que algunos se lo creyeron…
Afortunadamente hay un feminismo correcto que se ha ido dando -aunque aún falta qué hacer- la conciencia clara de que la posición de la mujer está al mismo nivel que la del varón; no es inferior ni tampoco superior a él por ser mujer. Y no hace falta ninguna revolución para convencernos del valor idéntico de ambos. Basta recordar que desee la creación del mundo fueron creados varón y mujer, a imagen y semejanza de Dios y la dignidad de ambos está fundamentada desde la creación humana.
Un punto clave es el planteamiento positivo de que la mujer no es un ser definido en relación al varón; ella tiene valor y dignidad por ser persona humana; persona, ser autónomo, independiente como tal. Ni más ni menos que el hombre, con todas sus consecuencias. Este feminismo correcto va imponiéndose, aunque aún subsistan errores que considera que, para recuperar sus derechos, la mujer debe ser antagonista del hombre. Y tiene una visión muy negativa de los hombres, incluso exagerando la opresión que dicen sufren las mujeres.
Cada vez está más clara la idea de un correcto feminismo, basado en la realidad de que hombre y mujer deben advertir las diferencias de su distinta personalidad, y contribuir en armonía y colaboración al bien de la sociedad aportando los valores que la naturaleza ha dotado a cada uno.
Y es bueno recordar que un correcto concepto de feminismo afecta a la familia -basada en el matrimonio de siempre, uno con una para siempre, abiertos a la vida- que es el corazón de la sociedad.