Hipocresía, palabra que hoy día se aplica en Guatemala
La palabra proviene del latín tardío hypocrisis y del griego ὑπόκρισις (hypokrisis), que significan «actuar», «fingir» o «una respuesta». También se puede entender como viniendo del griego hypo que significa «máscara» y crytes que significa «respuesta» y por lo que la palabra significaría «responder con máscaras”. La palabra «hipócrita» proviene del griego ὑποκρίτης (hypokrites), cuyo verbo asociado es υποκρίνομαι (hypokrinomai), es decir, «tomo parte». Ambos derivan del verbo κρίνω, «juzgar» (»κρίση, «juicio»»κριτική [kritiki], «críticos»), presuntamente porque la realización de un texto dramático involucraba un cierto grado de interpretación del texto.
Con el advenimiento de la sociedad de la información, la hipocresía ha venido a ser un conjunto de reglas para moverse en el mundo. Aquí se debe destacar la naturaleza del conjunto de reglas, que oscilan entre lo permitido y lo prohibido, así como la capacidad de moverse en el mundo, reconociendo los contenidos simbólicos del mismo.
La hipocresía consta de dos operaciones, a través de las cuales se manifiesta en los modos simple y combinado: la simulación y el disimulo. La simulación consiste en mostrar algo distinto de lo que se es, en tanto que el disimulo oculta lo que no se quiere mostrar.
Alguien que cree que tiene derecho a tener un amante pero que su cónyuge no tiene tal derecho, tiene doble moral. Sin embargo, alguien que condena todo lo relativo al adulterio, pero lo comete, es hipócrita. La hipocresía es como la mentira, porque pretenden ser alguien que no son engañando a los demás, una persona que hace eso se considera como hipócrita.
Para el lingüista y analista social Noam Chomsky, la hipocresía, definida como la negativa a «… aplicar en nosotros mismos los mismos valores que aplicamos en otros», es uno de los males centrales de nuestra sociedad, que promueve injusticias como la guerra y las desigualdades sociales en un marco de autoengaño, que incluye la noción de que la hipocresía por sí misma es una parte necesaria o benéfica del comportamiento humano y la sociedad.
La hipocresía puede venir del deseo de esconder de los demás motivos reales o sentimientos. La hipocresía no es simplemente la inconsistencia entre aquello que se defiende y aquello que se hace; sino que también es la falsedad que demuestra una persona.
Es decir, una persona hipócrita es aquella que pretende que se vea la grandeza y bondad que construye con apariencias sobre sí misma, mostrándose como ejemplo y pretendiendo o pidiendo que se actúe de la misma forma, además de que se valore su accionar, aunque sus fines y logros estén alejados de la realidad.
En muchos idiomas, incluido el francés, un hipócrita es alguien que esconde sus intenciones y verdadera personalidad.
En psicología, el comportamiento hipócrita se relaciona con el error fundamental de atribución: los individuos tienden a explicar sus acciones sobre la base de su ambiente, pero atribuyen las acciones de otros a «características innatas», lo que lleva a juzgar a los otros mientras se justifican las propias acciones.
Muchas personas fallan en reconocer que tienen imperfecciones que condenan en el resto. Según la psicología freudiana a este comportamiento se le conoce como proyección psicológica. Este es más un autoengaño que un engaño deliberado al resto de las personas. En otras palabras, la «hipocresía psicológica» es a menudo interpretada por los psicólogos como un mecanismo inconsciente de defensa y no como un acto de engaño consciente, tal y como resulta de la connotación clásica de la hipocresía. La gente entiende vicios con los cuales se enfrentan o se enfrentaron en un pasado. Los esfuerzos para que el resto supere estos vicios puede ser sincero. También puede haber un elemento de la hipocresía si los actores no se admiten a sí mismos o a otros que han tenido o tienen estos vicios.
Históricamente en el país del Realismo Mágico, nos hemos caracterizado por aplicar la doble moral, principalmente los políticos y funcionarios públicos, pero no se quedan atrás los empresarios que se han prestado a cometer cohecho activo al promover el soborno para alcanzar sus fines y objetivos, ya lo refiere un pasaje bíblico, “quien esté libre de pecado que lance la primera piedra”. Pareciera ser que hoy día muchos personajes pretenden darse baños de pureza aún y cuando han cometido delitos o acciones que contravienen la ética, moral y la simple convivencia pacífica, por tal de salirse con la suya, no importa el daño que causen a la sociedad y a los simples mortales que habitan este bello país.
Hasta cuando los guatemaltecos estamos dispuestos a seguir permitiendo que se nos quiera dar atol con el dedo, ya basta de falsedades y que vengan personajes nefastos a pretender dar lecciones de moralidad cuanto tienen un pasado lleno de corrupción y maléficas intenciones. No sigamos permitiendo que ´personas con un pasado nefasto pretendan darse baños de pureza e impartir justicia selectiva politizando la justicia y judicializando la política.
Por una nación libre, justa y solidaria.