Los diplomáticos de carrera
Se ha adoptado una visión errada de lo que sería en verdad conformar el cuerpo diplomático del país, a decir verdad, muy pocos son los diplomáticos de carrera de los últimos gobiernos en El Salvador.
El perfil del diplomático que en primer lugar debería ser de carrera, deberíamos aprender ejemplos de otros países, los diplomáticos nombrados por el Jefe de Estado se someten a una auditoría legislativa y judicial, estudian su hoja de vida, le realizan preguntas sobre su trayectoria profesional y personal no es por una dedocracia presidencial que se nombran a diplomáticos.
Este artículo no se centrará en nombrar a diplomáticos de renombre pues el espacio no me alcanzaría ni toda la página, este artículo pretende hacer una profunda reflexión sobre la calidad de diplomáticos e internacionalistas salvadoreños que estamos presentando al concierto de las naciones.
En el artículo 5 de la Ley del Ceremonial Diplomática de El Salvador que dice así: La República de El Salvador reconoce las siguientes categorías de agentes diplomáticos y en el primer literal (literal a) coloca en la misma posición a Su Excelencia Nuncio Apostólico y/o Embajador Extraordinario o plenipotenciario (desde luego, ambos cargos son representantes diplomáticos).
En el caso del Nuncio Apostólico es nombrado por el Papa, previo a ello ya ha estudiado en la Academia Eclesiástica Pontificia, que en ella cursan derecho internacional, historia, idiomas, entre otras materias. En la gran mayoría de ocasiones los Nuncios Apostólicos son Obispos, por eso se les llama Monseñor, las Nunciaturas Apostólicas son representaciones diplomáticas dado que son las embajadas de la Santa Sede, gozan también de una protección diplomática internacional.
Los que son nombrados Nuncios Apostólicos tienen toda la autoridad de hablar en nombre del Papa en un país extranjero. Lectores, es de reflexionar muy bien quienes nos representan en el exterior, podemos sugerir a nuestros funcionarios que exista una mayor auditoría, contraloría y seguimiento a su hoja de vida, cuáles y donde han sido sus estudios escolares y universitarios, idiomas que domina, sobre todo, si sabe el funcionamiento básico del derecho y política internacional.
Por el bien de internacionalistas académicos, debe haber una modificación en la escogitación de puestos diplomáticos que al fin de cuentas son nuestra cara en el universo amplio del concierto de naciones, depende mucho la actitud y aptitud de un representante diplomático en el momento que inversionistas de un país tercero deciden generar empleos o empezar a abrir una empresa.
El mal concepto de los nombramientos diplomáticos, que sean dedocráticos, a lo antojadizo ya no puede seguir siendo, máxime que somos un país del tercer mundo en el que los recursos financieros cada día más son limitados, la cooperación internacional se ha comportado más vigilante lo cual me alegra de sobremanera pues así tuvo que haber sido desde un inicio.
Es admirable en el caso de la Santa Sede, en el que los nombramientos como Nuncios Apostólicos no son después de un café desayunando con el Sumo Pontífice, son cargos que se le dan a sacerdotes muy preparados académicamente, que saben de idiomas, que han cursado materas en una academia Pontificia y que el Papa estudia a fondo su perfil previo a ser nombrados como tal.
El Salvador debe ir encaminado a una intensa tecnificación de puestos diplomáticos por el bien de la presente y futura generación, para que estudiantes y profesionales en relaciones internacionales tengan una positiva motivación al graduarse.