Competencias económicas
Frank Levy y Richard J. Murnane en el artículo titulado “Competencias clave fundamentales para el éxito económico” publicado en un libro interdisciplinario con varios autores en el año 2000 utilizan como marco de referencia el ideal de buena vida aportado por algunas culturas para la construcción del concepto de competencias económicas. Su objetivo es construirlo desde una perspectiva global o integral que toma en cuenta e incorporan este ideal común de la buena vida a las disciplinas sociales y humanas, en especial a la educación. Pretenden agregar algo nuevo a la teoría de las competencias. La perciben como el ideal común de buena vida que lleva a relacionar, comparar y medirlas y compararlas entre sí. La medición es una parte importante de la economía como disciplina. Aunque no es parte de esta, de la educación, los autores le agregan un espacio conceptual interdisciplinario en el cual se pueden construir y conceptualizar tanto cualitativamente como cuantitativamente ideas de las competencias económicas que permiten medir y explicar los logros educativos de los trabajadores en su relación con los ingresos.
Para lograr estas definiciones toman en cuenta lo referente al planteamiento científico empírico por su utilidad en la construcción y medición de criterios e indicadores para luego comparar algunos aspectos seleccionados, evaluar sus resultados de series o de casos estudiados, y poder obtener conclusiones. En economía parten y se centran en los conceptos: a) comportamiento de la operación de los mercados y b) en los precios y cantidades. Son variables observables y medibles empíricamente. Para definir en esta perspectiva las competencias económicas, se tiene que utilizar o partir de una base empírica con datos de las personas y las familias, como la vía para poder acceder a la principal fuente de recursos para el cuidado de los niños. Así tocan uno de los puntos más sensibles de las sociedades más débiles. Poder definir y medir los problemas económicos y demostrar por esta vía que “La distribución de los resultados del mercado laboral es también fundamental para el futuro de las democracias” (p. 263-263). Es un esfuerzo de sintetizar el concepto de competencias económicas en el marco del de una buena vida y de los procesos de fortalecimiento de las democracias.
Para obtener sus resultados parten o utilizan el concepto de democracia como la percepción generalizada que tiene la ciudadanía para poder compartir y ser parte de la distribución de la riqueza material de los países que hace posible esperar y garantizarles a sus hijos un futuro adecuado. (p.262) Respecto a la economía, también sucede como en otras disciplinas, que la demanda de empleos puede cambiar más rápidamente de lo que la gente cambia sus competencias, siendo esto algo muy importante a tomar en cuenta por las personas trabajadoras y por la instituciones privadas y públicas que toman decisiones acerca de la educación y de la ocupación para las instituciones de la sociedad. Como por ejemplo a las escuelas que son las que preparan a las personas para ganarse la vida. (p.263) Hay que tomar en cuenta que “…los cambios en la distribución de los resultados del mercado laboral ofrecen advertencias tempranas de los cambios en las habilidades requeridas para funcionar adecuadamente en la sociedad”. (p. 263)
Hacer énfasis en los mercados para una propuesta de competencias económicas tiene dos limitaciones que son: 1.El enfoque en los mercados, pues este se restringe al análisis de la economía existente. Con ello utiliza la distribución de los ingresos existente desigual y concentradora en unos pocos sin proponer una nueva. Y 2. Esta concentración en la economía de mercado da pocos elementos para desarrollar el concepto de una buena vida que es algo externo a los mercados. Son procesos que existen pero que no son parte de la economía de mercado. No son medidas ni sumadas a este mercado ni al producto interno bruto como es por ejemplo el repetido trabajo del hogar de las mujeres. Lo que indica que el énfasis en la economía y en las mediciones limita este marco teórico para hacer un análisis como el que se requiere al ser “el modelo económico central de conducta –maximización de las utilidades- es, como se sabe, un modelo altamente individualista en el que la utilidad individual se incrementa de manera autónoma con su propio consumo”. (p.263) No hace posible esa garantía futura que busca el trabajador ni la sociedad, para una subsistencia futura y adecuada de las familias.
En la concepción actual de los mercados laborales no existe la saciedad de las necesidades y la utilidad del individuo no depende de las utilidades logradas por los otros individuos. No existe una economía solidaria o distributiva para los que no tienen trabajo. Los mercados se han reducido de tamaño y requieren cada cierto tiempo de otros tipos de profesionales con un perfil especializado que las instituciones educativas no dan. Esta hace que el criterio válido no es el de las horas trabajadas para asegurar un ingreso a las personas. Por eso estos autores y desde la perspectiva de las competencias, consideran que de “una manera más sutil, enfocarse en el ingreso de toda una vida implica el valor potencial de poder adaptarse a los cambios del mercado laboral”. (p.265) Hay que tomar en cuenta otros aspectos más generales o abarcadores al mercado laboral.
Dentro de esta situación la definición en economía de una buena sociedad es “la maximización del valor descontado actual de los ingresos ganados durante toda la vida, sujeto al límite de las horas trabajadas” (p.264). Lo anterior pareciera ser un argumento absurdo, la prevención es ganar para toda la vida, pase lo que pase en el mercado laboral. Por lo que “enfocarse en el ingreso de toda una vida implica el valor potencial de poder adaptarse a los cambios del mercado” (p.265). Lo cual es imposible en el mercado laboral actual. El concepto de competencias sería poder llegar a estar preparado poder enfrentar los cambios laborales dentro del mercado laboral ante la continua “combinación de la expansión del comercio y la tecnología que están modificando rápidamente la demanda laboral en los estados Unidos y en otros países industrializados”. (p. 265) Este argumento lo tomaron de Rodrik y Levy de citas de 1997 y 1999 respectivamente, lo que llama la atención que hace casi veinte años esto ya era una situación a tomarse en cuenta.
Siguiendo al análisis económico y su relación con el campo de las competencias las definen como sinónimos de habilidades. Abarcan una gran gama de definición de habilidades cognitivas y no cognitivas. Incluyen valores como la perseverancia. Su propuesta de competencias clave o habilidades en economía para una vida exitosa y responsable es la siguiente:
- Habilidades básicas de lectura y matemáticas son útiles para determinar los resultados del mercado laboral a largo plazo, incluyendo la capacidad para ajustarse a los cambios de mercado.
- La capacidad de comunicarse de manera oral y escrita es útil para determinar los resultados del mercado laboral a largo plazo.
- El cambio de la organización del trabajo dentro de las empresas, esto le da un valor aumentado a la capacidad del trabajo grupal productivo.
- Los cambios en las empresas y los de la economía cada vez le dan mayor importancia a la inteligencia emocional como es la capacidad de una buena relación con los demás.
- El uso y aplicación de las computadoras con el campo de trabajo cada vez tiene más importancia en el mercado laboral.
- La educación formal cada vez tiene mayor éxito económico a pesar de que no se puede probar por qué los empleadores les pagan más a quienes tiene mayores logros educativos.
- La organización del trabajo, los nexos entre las empresas y las instituciones educativas, la medida en la que regulan los mercados de una nación y la distribución del ingreso de la nación de acuerdo con las modificaciones del Estado, son las fuerzas de trabajo que valoran las competencias clave que son modificadas por diversos acuerdos institucionales. (ps.265, 266).