Migración ilegal: Ruta de la muerte
Una cadena de noticias internacional, emitió una nota el 31 de marzo pasado*, en la que explica cómo el gobierno de los EE.UU., encabezado por su presidente, está realizando cambios –sin aviso previo ni masiva divulgación— a las leyes de inmigración de ese país.
No son buenas noticias para millones de inmigrantes ya asentados en territorio norteamericano, ni para quienes planeaban dejar estas tierras centroamericanas que, por muchos paisajes que les rodean, cada vez presentan mayores dificultades para proveer la oportunidad de forjarse una vida digna, en la que se pueda trabajar por metas que mayormente todos deseamos en nuestra vida: vivienda, sustento diario, educación (de calidad), cuidado médico, no digamos un plan de retiro medianamente digno y mucho menos aún la oportunidad de trabajar por sueños de otro nivel: viajar modestamente o dejar una herencia.
Para mientras, la prensa local e internacional difundió la noticia del fallecimiento de Claudia Patricia Gómez González, guatemalteca de 20 años de edad, el día 23 de mayo, supuestamente por parte de miembros de las patrullas fronterizas en Río Bravo, Texas, EE.UU., en un incidente que, según se ha indicado, está bajo investigación del FBI, que fue producto de un intento de arresto del grupo de inmigrantes del que ella formaba parte, dejando como saldo la muerte de la joven al oponer todos resistencia y lanzar objetos contundentes a los agentes, lo que provocó disparos, así como el arresto final de tres inmigrantes en situación de irregularidad que aparentemente formaban parte del grupo.
La madre de Claudia implora que las autoridades de Guatemala hagan “algo” para frenar la violencia en contra de inmigrantes en dichas condiciones, para que -según sus palabras- dejen de ser tratados como “animales” (ella sabe, como todos los que leemos lo que pasa en el mundo, que así llamó el presidente Trump a los miembros de la “mara salvatrucha 13” (MS-13); no obstante, término que ella usó para referir el trato que acabó con la vida de su hija.
Casi simultáneamente al irreparable incidente, el actual gobierno de Guatemala, encabezado por el presidente, así como la ministra de relaciones exteriores (ambos con minúsculas a propósito), recién bajaban de un avión privado (el primero); ambos venían de codearse con una parte de la élite política del mundo, entre los cuales estuvo el mismísimo presidente Trump, y parte de su gabinete.
Me he preguntado qué habrá pensado el señor Trump, al ver a un presidente y a una ministra en un patético anhelo de “quedar bien” siguiendo políticas que, como lo anoté en artículos anteriores, no son las urgentes para mejorar la precaria situación de este país que todo lo tiene, pero que encuentra tanta dificultad para producir y generar el progreso que hace falta para aplacar la necesidad de migrar, a sabiendas de los peligros que conlleva el hacerlo de forma ilegal.
Entre los puntos que convenientes de resaltar sobre los cambios que está realizando el gobierno norteamericano, resumo: 1. Que el gobierno norteamericano sea capaz de suspender los que pudieren ser legítimos reclamos de los inmigrantes para evitar su permanencia en EE.UU., mientras se da la deportación. 2. Incluir una pregunta sobre ciudadanía (estatus migratorio) en el censo 2020, que arrojará información certera al gobierno, con las lógicas consecuencias, de suponer. 3. No se podrá suspender la detención de inmigrantes embarazadas, como solía ocurrir. 4. Requerimiento de mayor información personal para tramitar visas y residencias legales: cinco años de redes sociales, email y teléfonos. 5. Sesgar el sistema de inmigración en favor de aquellos con mayores ingresos, en general. 6. Restringir la capacidad de empleadores para reclamar a trabajadores extranjeros, incluso altamente calificados. 6. El ya conocido proyecto del muro.
¿Con qué cara pudo James Morales, infortunado presidente de Guatemala, saludar al presidente Trump, sin un plan de cambio a corto plazo en la mano? ¿Por qué lo permitimos lo ciudadanos?
*Fuente: cnnespanol.cnn.com/2018/03/31/asi-es-como-trump-esta-reescribiendo-silenciosamente-las-leyes-de-inmigracion-en-ee-uu/