#SOSNicaragua
Nicaragua sigue en llamas. Según las noticias que circulan en diversos medios, no se ve una solución pronta mientras el dictador Daniel Ortega siga en el poder reprimiendo a su propia gente con violencia, torturas y terror, al peor estilo de los que se aferran al poder a como dé lugar.
En una entrevista que le hizo La prensa de Nicaragua el domingo pasado a la hijastra de Daniel Ortega e hija de Rosario Murillo, Zoilamérica Ortega Murillo dice que su madre y su padrastro, son como “dioses heridos capaces de todo por no dejar el poder”. La relación entre ella y su madre y padrastro es nula. No hay comunicación. Y es que, en 1998, ella acusó a Daniel Ortega de violación. Su madre defendió a su padrastro y desde entonces la relación se rompió. Vive en Costa Rica desde entonces.
Hace poco estuvo en la Universidad francisco Marroquín el escritor y académico nicaragüense Irving Cordero. En resumen, la situación dé Nicaragua está grave. Los Ortega se están aferrando como nunca al poder y no lo van a dejar. Ofrecen dejar de reprimir a los estudiantes, dejar de atacar a los medios de comunicación y mantener en los cuarteles a la policía, pero del dicho al hecho hay un buen trecho y no han cumplido en nada. No hay diálogo. Es una estrategia nada más para atrasar la consolidación en el poder con más fuerza que antes. ¿Por qué creer en el diálogo si no cumple lo ofrecido? se pregunta Irving.
Y es que Daniel Ortega es un estratega con todo el poder en sus manos, el poder judicial, el económico y el de las fuerzas armadas y de seguridad. Ortega se volvió un mercantilista de izquierda. Da lugar a quienes invertían siempre y cuando el recibiera parte. A cambio había seguridad para ellos. Una seguridad lograda a un precio caro, de corrupción. Y todavía muchos invirtieron en esas condiciones. Seguramente ahora estarán asustados. Era de esperar que esto acabase mal.
Por qué la izquierda no alza su voz en contra de semejantes abusos de este dictador al igual que no lo hace con los abusos de Ortega. Se rasgan las vestiduras pidiendo democracia, pero cuando los suyos llegan al poder los quieren para siempre. Este caudillismo es enfermizo. La única respuesta que tengo es que la gente de la izquierda radical no quiere democracia sino dictaduras. Quieren imponer su voluntad a como dé lugar a los demás. Se creen superiores y por eso consideran que saben mejor que nadie que les conviene a los ciudadanos. No les importan los derechos humanos, aunque se llenen la boca de decir que son los defensores de los mismos. Son unos hipócritas que viven del hambre y la ignorancia del pueblo. Son una vergüenza y unos cobardes cuando desconocen e ignoran los abusos de gente como Ortega, maduro o los castro en su momento.
Nicaragua puede llegar a ser un gran país, democrático, con división de poderes, y evitar que en el futuro un bando u otro traten de perpetuarse en el poder. No se vale eliminar a la oposición con artificios legales. Se debe permitir que cualquiera que esté apto para ser candidatos pueda serlo. Ortega eliminó a algunos candidatos opositores porque tiene el control del poder judicial y control prácticamente todo. Veo difícil que vaya a soltar algo. El va a luchar para morir en el poder.
Me pregunto por qué en Latinoamérica la gente es tan caudillista. Les encanta seguir a alguien y más si este se vuelve un prepotente y arrogante dictador. ¿Qué nos pasa? Debemos exigir respeto a nuestros derechos individuales, a nuestras vidas, a nuestras pertenencias y a nuestra libertad. No podemos seguir aceptando que alguien pase sobre nuestros derechos. Vivir esclavo sólo porque me va bien no es justificación para permitir que un dictador esté en el poder. ¿Cuánto vale tu libertad?