Una sociedad endeudada
La raíz latina para la palabra crédito es: ¨Credo¨, en otras palabras, significa ¨Creer¨, que a su vez se traduce en confianza; esa confianza que el acreedor deposita en el deudor al momento de darle dinero prestado, y en creer que tal dinero será devuelto en el tiempo convenido. No es que el crédito resuelva los problemas del mundo, sin embargo la historia nos ha confirmado que ha hecho posible un desarrollo más acelerado del mismo.
En su libro más conocido ¨El Poder del Dinero¨ Niall Ferguson uno de los economistas más destacados de la actualidad y uno de los pocos que predijo la crisis inmobiliaria en los Estados Unidos en el año 2008 que casi lleva al mundo entero a una depresión; en el capítulo uno titulado ¨Sueños de avaricia¨ nos explica los orígenes de crédito y la deuda, y por qué las redes de crédito son indispensables para cualquier civilización; también plantea preguntas como ¿Cuándo el dinero empezó a dominar el mundo?, ¿Por qué es indispensable el dinero en nuestras vidas?, ¿Cómo ha ido cambiando el dinero a lo largo de la historia?, ¿Está sobrevalorado el poder del dinero?; Usted mismo puede dar respuesta a esas preguntas tan solo buscando en el internet la serie de seis documentales realizados por el propio Ferguson a raíz de la publicación de su libro con el título original ¨ The Ascent of Money¨ que ha sido traducido al español como ¨El Poder del Dinero¨.
El autor nos invita a imaginar un mundo sin dinero, y nos trasporta hacia la sociedad inca, que era una de las sociedades más poderosas de Sudamérica donde no se utilizaba el dinero, sino que se apreciaban más, las propiedades estéticas de los metales preciosos como la plata y el oro y su sistema de trabajo era la unidad económica que sería uno de los principios que más adelante utilizaría el comunismo moderno.
Actualidad:
En la actualidad es imposible imaginar un mundo donde no exista el dinero, y pareciera que con más frecuencia la sociedad moderna y en nuestro caso gran parte de la sociedad guatemalteca, está desesperada por encontrarlo y dispuesta hacer lo que sea con tal de llenar y satisfacer necesidades muchas veces creadas o inexistentes. Cada vez, es más frecuente que las personas comprometan sus ingresos sin haberlos ganado, es decir que las personas con más frecuencia están gastando lo que no tienen como por ejemplo hacer las compras con tarjeta de crédito, o solicitar anticipos de su salario.
Una de las respuestas más comunes cuando se le pregunta a una persona él por qué continuamente usa tanto su tarjeta de crédito o por qué hace préstamos para comprar algún producto o contratar algún servicio, generalmente la respuesta es ´Porque no tengo el dinero en efectivo para pagarlo´, o ´porque lo que gano no es suficiente para cubrir mis gastos mensuales´, sin embargo considero que muchas veces las personas no tienen conciencia que la mayoría de gastos pueden ser evitados si se comprendiera que cuando compro algo al crédito estoy comprometiendo fondos propios con los que aún no cuento, y que es incierto si puedo llegar a tenerlos en el futuro.
Desde el año 2003 he trabajado la formalización legal de contratos de mutuo a algunas entidades financieras autorizadas que se dedican al otorgamiento de crédito a nivel general, y he llegado a la conclusión que el crédito como tal no es malo cuando el mismo es bien invertido, y tal como afirma Ferguson en su libro ¨El Poder del dinero¨, creo que el crédito ha hecho que el mundo se desarrolle con más facilidad, pero ojo; ese crédito debe ser para la compra de un activo que a futuro le genere una renta o plusvalía, o para la inversión de un negocio que le genere ganancias, sin embargo no todas las personas utilizan el crédito con una real educación financiera y muchas veces las personas gastan o viven una vida de apariencias que les lleva a contraer deudas que a futuro no pueden controlar.
¿Cuánto debería usar de mi salario para pagar las deudas?
Por lo general las entidades financieras cuando una persona solicita un crédito hacen un análisis previo respecto a su capacidad de pago, el análisis se basa en una relación deuda-ingresos que se espera no sobrepase el 35% de sus ingresos, sin embargo algunos economistas recomiendan que una persona no debería destinar más del 20% al pago de deudas, en otras palabras si por ejemplo una persona gana Q,5,000.00 no debería estar destinando más del Q.1,000.00 al pago de deudas, porque con los Q.4,000.00 que le sobren, deberá hacer frente al pago de la canasta básica, educación de sus hijos, renta de casa o apartamento, pago de servicios básicos, medicinas, etcétera, lo cual le mantendrá a flote en caso exista alguna eventual crisis económica.
Por conocimiento me atrevería a especular que gran parte de la sociedad guatemalteca hoy por hoy está destinando más del 50% de sus ingresos al pago de deudas, y en algunos gremios como el de magisterio el porcentaje en la mayoría de casos anda por el 70% o más, sin embargo solo es una especulación porque no tengo datos concretos al respecto, ya que para efectos de escribir la presente columna, me contacté vía correo electrónico con la Superintendencia de Bancos de Guatemala con el objeto se me proporcionaran datos exactos respecto al nivel de cartera crediticia y morosidad que maneja el gremio magisterial a nivel nacional en los bancos del sistema pero se me informó que no contaban con esa información.
Tocando fondo con los Usureros!
Aclaro que no estoy en contra de la libertad empresa; y que el objeto de mi columna es hacer conciencia en la ciudadanía que debemos educarnos a todo nivel y esa educación no debe excluir la educación financiera.
Cuando una persona ya no es sujeto de crédito en las entidades financieras legalmente autorizadas que por lo general manejan sus intereses dentro del interés legal (Artículo 1947 del Código Civil), su única salida es ir con prestamistas particulares donde las tasas de interés oscilan entre el 10% y el 20% mensual, o sea que hablamos de un 240% al año; y muchas personas ante una emergencia o la necesidad de un crédito, aceptan firmar cualquier tipo de contrato; incluso el de Compra-venta de sus bienes muebles o inmuebles en un claro vicio de contrato por la simulación que de tal negocio se hace, toda vez que para tal fin (el de garantizar el crédito) se debe utilizar un contrato de mutuo o un título de crédito y no una compra-venta directa como muchas veces en la práctica se hace, donde las personas pierden sus propiedades por cantidades insignificantes a lo que realmente valen comercialmente, y que desde el punto de vista legal tal compra-venta puede ser objeto de nulidad ante un órgano judicial, puesto que el deudor puede demostrar que en algún momento recibió un crédito y que estuvo realizando pagos parciales al acreedor.
Ya no es un secreto que la sociedad guatemalteca cada día está más endeudada, y que solo existen tres formas para salir de las deudas: a) Buscar la forma de aumentar los ingresos; b) Ser conscientes del nivel o estatus social y económico en que nos encontramos y reducir nuestros gastos; ¡y c) Contraer más deuda! Es claro que la tercera opción en algún momento solo funciona para los Estados como por ejemplo con la colocación de bonos del tesoro o debentures, pero no para las personas de carne y hueso como usted o como Yo; por esa razón solo podemos utilizar las dos primeras opciones, así que; decida usted cuál de ellas va utilizar en caso sienta que se está asfixiando con muchas deudas.
Es importante recordar que, fue solo hasta el siglo XV aproximadamente cuando la iglesia prohibía a los mercaderes cristianos cobrar intereses por los préstamos que hacían a sus hermanos cristianos y que todo aquel que infringiera el mandamiento del Deuteronomio 23:19, incurría en pecado y estaría destinado a sufrir los tormentos del infierno; hoy en día ese mandamiento ha sido esquivado y nadie nos garantiza que si usted o Yo sobrepasamos nuestra capacidad de pago, que en otras palabras sería ¨Sobre endeudamiento¨, vayamos a caer en manos de prestamistas que se aprovecen de nuestra necesidad. ¡Considérelo!