Columnas

Un estado débil

#GuatemalaAlRescate

Los guatemaltecos en términos generales, nos hemos acomodado a vivir en una realidad en la que prevalece la pobreza y la pobreza extrema para una gran  mayoría de los ciudadanos,  y en donde no se respeta la ley,  predomina  el desorden  generalizado que se manifiesta de diversas formas, por ejemplo, en los bloqueos de carreteras y ciudades en donde no se respeta la libre locomoción,  se afecta la economía nacional y se  pone en peligro la vida de  muchas personas; la falta de autoridad que se manifiesta en la inacción por parte de los funcionarios de gobierno para la toma de decisiones y hoy más que nunca, tienen miedo no sólo a tomar decisiones políticas sino también administrativas por lo que resulta importante para la convivencia pacífica comenzar a ordenar el país.

Si bien es cierto que en la época de los gobiernos autoritarios se conculcaron algunos derechos y que estos  tampoco estuvieron  exentos de corrupción, también es cierto que estos gobiernos tenían una fuerte presencia institucional y dejaron un legado que en algún momento de esta nueva era democrática se perdió: El Instituto de Ciencia y Tecnología Agrícola –ICTA-, el Instituto Nacional de Comercialización Agrícola –INDECA-, El Instituto Nacional Forestal –INAFOR-, el Centro Nacional de Promoción de Exportaciones –GUATEXPRO-, la Corporación Financiera Nacional –CORFINA-, el Banco de Desarrollo Agrícola –BANDESA-, el Banco Nacional de la Vivienda,       -BANVI- , el Instituto de Fomento y Desarrollo del Petén –FYDEP-; todas estas instituciones eran eminentemente técnicas con una visión de largo plazo a la que se vincularon técnicos y profesionales de primera línea relacionados directamente con la cooperación internacional habiendo generado una tendencia hacia el desarrollo en el país.

El problema surge durante esta nueva era democrática en donde no se entendió la importancia de estas instituciones que, aunque hubieran tenido problemas de corrupción y politización  pudieron haber sido replanteadas, ya  que estas tenían una proyección hacia el desarrollo, pero  con la propuesta de reducción del Estado, la mayoría de estas instituciones fueron clausuradas y algunas se privatizaron permitiendo que el Estado, al no contar con muchos de los recursos de las empresas privatizadas, entrara en una leve crisis financiera que fue avanzado con el tiempo hasta llegar a lo que hoy tenemos, una de las crisis políticas, sociales y fiscal más severa que el Estado ha enfrentado en estos años, lo que paralelamente lo ha  debilitado, por lo que hoy  tenemos  un Estado débil con  instituciones frágiles cuando lo que se debió haber hecho era evaluar cada una de estas y no tomar decisiones políticas a la ligera sobre la base de la presión mediática que ejercieron los sectores interesados en la compra de esos bienes, al final,  eso ya es historia.

Así que pensar que vamos a poder salir de esta crisis fácilmente no es cierto, nos llevará algún tiempo, en donde lo primero será reconciliar nuestra sociedad que esta confrontada, sin lugar a dudas, tener la autoridad y voluntad política para hacer funcional la recaudación financiera en el país y  replantear las instituciones de gobierno para que permitan que tengamos un Estado moderno ajustado al siglo XXI, que seamos capaces de mejorar las condiciones de vida de los guatemaltecos bajando las estadísticas de pobreza y pobreza extrema,  generar oportunidades para todos especialmente en materia de educación y salud, fortalecer las  instituciones de Estado para lograr un gobierno fuerte con capacidad para guiar la nación y por ultimo hacer que se respete y se cumpla  la ley por todos.

GUATEMALA NECESITA DE SUS MEJORES HOMBRES Y MUJERES PARA RESCATARLA.

TEXTO PARA COLUMNISTA