Columnas

DÍA DEL EJÉRCITO.

#Kidon

El Ejército de Guatemala por disposición constitucional es único e indivisible, esencialmente profesional, apolítico, obediente y no deliberante, está compuesto por fuerzas de aire, mar y tierra y tiene a su cargo la defensa de la soberanía nacional ante cualquier acto bélico que pretenda dañar la seguridad interna, así como garantizar el Estado de derecho, las garantías individuales de todos los ciudadanos y el honor de Guatemala.

Durante el enfrentamiento armado interno, jugó un papel muy importante en defensa de la soberanía y población, cuando grupos de vándalos criminales pretendieron tomar por asalto el poder público para instaurar un régimen comunista basado en represión y miseria. Acción que por fortuna para todos los guatemaltecos no se concretó gracias al sacrificio de esos hombres forjados en disciplina, obediencia y amor a la patria.

Y es que los terroristas no eran niños de primera comunión como se les pretende pintar, eran zánganos asesinos con instrucción militar y capacidad económica de primen nivel, que masacraban comunidades enteras, secuestraban empresarios y agricultores, extorsionaban familias de campesinos, dinamitaban puentes, torres de energía eléctrica y caminos de acceso a las comunidades, acciones ilegales que rápidamente fueron contrarrestadas por el Ejército, restituyendo el orden, así como facilitando la ayuda humanitaria a los miles de desplazados y perseguidos por los estos delincuentes.

Luego de la inminente victoria de nuestros soldados en el campo de batalla sobre aquellos enemigos de la libertad, se firmó la paz, con lo cual las funciones del Ejército continuaron como garante de la soberanía nacional, el control de los grupos del crimen organizado, así como la atención de situaciones de emergencia; tal y como la que recién se vivió en el país con la erupción del volcán, donde nuestros efectivos militares fueron los primeros en llegar y los últimos en salir de los puntos afectados por esa tragedia natural, logrando así rescatar a muchos damnificados y proveerles atención de urgencia.

Esa virtud de los uniformados es un verdadero orgullo para la población que confía en su Ejército, al punto de que su efectividad y aceptación se ven reflejadas en las estadísticas de confianza institucional, donde el Ejército ocupó el primer lugar, muy bien ponderado, incluso por encima del experimento socialista denominado CICIG.

Hoy, que celebramos tu día, nos complace honrar y agradecer a esos hombres de coraje y decisión, sobre cuya responsabilidad pesa garantizar la paz y tranquilidad social, así como el apoyo a la comunidad.

Loor a quien honor merece, y por ello me congratulo con todos aquellos elementos de alta y en la honrosa situación de retiro, así como de aquellos que de forma ilegal se encuentran detenidos por haber cumplido el mandato constitucional de defensa, a quienes les recuerdo que no los dejaremos solos y que haremos todas las gestiones que sea necesarias para que pasen a ocupar el sitial de honor que les corresponde como héroes nacionales, que pertenecen a un Ejército vencedor. Que viva Guatemala, libre, independiente y soberana. Que viva el Ejército de Guatemala.

TEXTO PARA COLUMNISTA

Raúl Falla

Abogado y notario