Columnas

Orientando a la población guatemalteca

#Petardo

La Policía Nacional Civil (PNC), surge luego de la firma de los Acuerdos De Paz en 1996, sobre la reestructuración de las fuerzas policiales contemplada en el acuerdo sobre fortalecimiento del poder civil y la función del Ejército en una sociedad democrática, constituye una reforma que pretende garantizar una institución policial que “respete y proteja los bienes y derechos de todos los ciudadanos guatemaltecos”.

La Policía Nacional Civil sustituye a la Policía Nacional (PN) que los Acuerdos de Paz exigieron su disolución, y la Ley de la Policía, contempla la organización y funcionamiento de una única fuerza policial y reconoce la existencia de diversas etnias y culturas, que deberán estar representadas en el nuevo cuerpo policial en el cumplimiento de su misión. La seguridad pública es un servicio esencial de competencia exclusiva del Estado y para ese fin se crea la Policía Nacional Civil.

El nuevo modelo descansa sobre el principio de que la policía es defensora de la vida y bienes de los ciudadanos, por lo tanto, sus derechos y libertades.  La Ley de la Policía Nacional Civil, se basa en el Decreto Número 1197 del Congreso de la República de Guatemala, emitida a los cuatro días del mes de febrero de 1997.  El mando supremo es ejercido por el presidente de la República, a través del Ministro de Gobernación.  El funcionamiento de la Policía Nacional Civil está a cargo de su Director General, bajo la inmediata y exclusiva autoridad del Ministro de Gobernación.  En cada departamento y con sujeción a las directrices del Ministerio de Gobernación, el Gobernador supervisa la actuación de la Policía Nacional Civil. Con esa explicación, espero que comprendan los guatemaltecos, quienes son los responsables del bien o mal trabajo de la Policía Nacional Civil. Para poder trabajar deben conocer la ley que los rige, deben recibir una formación educativa.

Desafortunadamente no existe un plan estratégico educativo para actualizar a los policías. Existen muchos factores que hacen un trabajo deficiente. Sus salarios son deficientes, carecen de sus insumos necesarios para poder trabajar, no cuentan con una movilidad adecuada y oportuna, durante sus turnos de trabajo carecen de locales que los traten con sus derechos humanos para poderse alimentar y estar reunidos confortablemente. Pareciera que los responsables solo les interés el número de policías de servicio, no su calidad educativa y de reacción inmediata.

Mientras los responsables de la policía nacional civil devengan altos salarios, los policías nacionales no tienen ni para mantener a sus familias económicamente. Es momento que los guatemaltecos le reclamemos directamente a los responsables del alto orden jerárquico veamos que los recursos de nuestros impuestos sean bien invertidos. Es momento que exijamos que se respeten y protejan los vienes y derechos de los guatemaltecos.

TEXTO PARA COLUMNISTA

Leonel Guerra Saravia

Médico y cirujano con maestrías de ciencias sociales, política, relaciones internacionales y filosofía.

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