Columnas

Ni enfermedad que dure 100 años ni enfermo que la aguante

#Desde Mi Trinchera

Los guatemaltecos llevamos una gran cruz día con día, le jugamos la vuelta cuando se puede a la muerte; y para quienes nos gobiernan, uno de manera legítima y otro de manera ilegal, la vida de los guatemaltecos les vale poco menos que nada.

El 26 de agosto del 2017 el Presidente Constitucional de la República Jimmy Morales Cabrera, declaro “non grato” al abusivo y violador de nuestras leyes “dictador internacional” Iván Velásquez, pese a ello casi un año después, sigue ejerciendo de una forma ilegal el papel de “comisionado contra la impunidad” dirigiendo a la nefasta CICIG. Desde entonces Guatemala está sumida en una crisis de ingobernabilidad, donde la Corte de Constitucionalidad se confirmó como un “Súper Poder” , uno corrupto, que desde hace mucho dejo de ejercer la función constitucional que le fue asignada, la defensa del orden constitucional, el  de actuar como tribunal colegiado, que si bien goza de independencia  de los Poderes del Estado, jamás puede situarse por encima de ellos y peor aún violar la Constitución y escupir el legítimo Estado de Derecho; la Corte de Constitucional se convirtió el arma perfecta para judicializar la justicia, inclinar la balanza a favor de la izquierda, una ideología minoritaria y fracasada, dejando inerte y burlado  cualquier acto jurídico legal, que el condicionado Organismo Ejecutivo ha tratado de ejercer, rompiendo así de una manera solapada, el orden constitucional. El golpe de Estado técnico está dado, lo único que falta es ponerle cabeza a aún ilegitimo gobierno de izquierda, que ha impulsado el abogado de las FARC Iván Velásquez y sus cómplices igualmente nefastos Thelma Aldana y Jordán Rodas.

¿Será que el pueblo de Guatemala ha preferido el “show”, el “circo romano” que nos ha presentado la CICIG y hasta hace poco el Ministerio Público? Tristemente muchos sectores del pueblo han sido manipulados y engañados, la frase “lucha contra la corrupción” fue utilizada como disfraz para imponer al frente de muchas instituciones de gobierno y de justicia a personas enfermas, llenas de odio y venganza, gente que aún piensan que pueden obligar a todo un pueblo a soportar una ideología fracasada como el socialismo, una ideología que ha llevado pobreza, miseria, sangre y muerte a los países que han caído por desgracia entre sus garras. Esos grupos que hoy resbalan hipocresía al llamarse defensores de los Derechos Humanos, esos mismos descarados representados en Bancadas en el Congreso como Encuentro Por Guatemala, Convergencia, Winaq, URNG, UNE y CREO, que se desenmascaran al apoyar la masacre del pueblo nicaragüense a manos del Sandinista Daniel Ortega y su esposa en el pleno del Congreso de la República.

El show continua y quienes podrían hacer la diferencia porque cuentan con los medios y el poder de parar este degenere de caos, ingobernabilidad y de injerencia, permiten que el río siga su curso violento sin mojarse las manos, dejan a su suerte a los guatemaltecos “de a pie”, los que miramos cada día morir a nuestros seres queridos, y esperarnos casi con resignación nuestro turno, para ser uno más de la estadística macabra, de los que el otro año nos visiten la familia en algún cementerio el 1 de noviembre; porque sencillamente USTED Y YO para el Gobierno, los magistrados de la CC, la PDH, CICIG y MP no representamos nada, porque para ellos lo más importante es defender al delincuente, al asesino que al guatemalteco honrado, porque nuestras muertes representan el ingreso de millones de euros y dólares de la “comunidad internacional” para sus cuentas privadas, porque prefieren que a nosotros  se nos aplique la pena de muerte por medio de pandillas, secuestradores, asesinos y seamos masacrados como cucarachas, prefieren esto a defender nuestros derechos elementales, cumplir con su obligación constitucional de proteger la vida , la propiedad privada, nuestra libertad, nos roban y quitan el legítimo derecho Constitucional, el  de la aplicación de la pena de muerte  y de esa manera alientan e incentivan al criminal a continuar con un festín de sangre inocente.

Pero recuerden… “NO HAY ENFERMEDAD QUE DURE 100 AÑOS, NI TAMPOCO ENFERMO QUE LA AGUANTE”.

TEXTO PARA COLUMNISTA

Noel Arameo Barillas Peláez

Abogado y defensor de la República

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