Columnas

El Estado y los pueblos originarios

#TanmiTnam

Muchas veces se ha dicho que el Estado apenas está presente en las áreas rurales a través de una escuelita primaria, un juzgado de paz y un centro de salud en las cabeceras municipales. Así ha sido por muchos años y por eso hay pocas esperanzas de que estas condiciones cambien de un día para otro. Pero hay espacios donde es fácil comparar esta presencia del Estado, por ejemplo en las fronteras de nuestro país donde fácilmente nos damos cuenta que estamos en problemas muy serios porque la población está abandonada. Países vecinos tienen mejores escuelas  dotadas con materiales para distintas áreas curriculares, servicios de salud con calidad, agua potable y apoyo para la agricultura familiar.

Cuando se observa qué es lo que hay del Estado en regiones pobladas por pueblos originarios del país, nos damos cuenta que por ejemplo la justicia apenas está presente en la cabecera municipal, administra justicia de manera muy retardada, no habla alguna lengua materna originaria pero si usa el Castellano para la búsqueda de solución de los problemas por eso no siempre se entiende y por eso mismo no se resuelven los casos que llevan para ser ventilados como corresponde. La justicia que se administra en los tribunales desconoce las normas de convivencia familiar y comunitaria que son las que están al servicio y alcance de la comunidad. Muchos tribunales quedan lejos de las comunidades porque se ubican en la cabecera departamental y debido a la pobreza no las visitan para exponer los conflictos a resolver.

El Estado junto con otros sectores poderosos como integrantes de pueblos originarios nos criminaliza cuando defendemos nuestros derechos colectivos como el caso del uso comunitario de los elementos naturales del medio, la salud de la comunidad, el patrimonio cultural, entre otros. Es de mencionar que varios líderes están siendo perseguidos y otros los han eliminado.  Cómo apreciar y respetar un Estado que persigue provocando dolor, miedo y hasta abandono del país. El Estado y sus obligaciones internacionales sobre pueblos indígenas no las cumplen, en el tema de seguridad y protección de la vida, intimida, persigue y calla cuando asesinan a líderes del campo y de la ciudad.

La educación que traslada conceptos, historia impuesta, ciudadanía bastante olvidada, significado de vida desde una cultura ajena y con visión colonial que a la larga produce problemas en la identidad personal y colectiva porque insiste en que nuestra cultura materna no tiene importancia.  Tanto es la insistencia que hay muchas personas que sienten que su cultura debe desaparecer para dar paso a la cultura dominante.

En el ámbito económico, otros actores que con venia del Estado nos siguen arrebatando tierras tan solo para dar cabida a empresarios nacionales o los que vienen de otros países.  La pobreza que hay es mucha debido a la falta de programas de apoyo directo a las familias.  Ahora que no ha llovido en buena parte del país pues simplemente se ha perdido la cosecha que se tiene para tener comida en buena parte del año. Al momento,  nuestro Estado, todavía no se acuerda de las familias que han perdido sus cosechas del año.

Se ha dicho en varias oportunidades por parte de distintos sectores, que ya es tiempo de que los pueblos originarios sean parte de los poderes del Estado, con representación en el Congreso de la República, con uso de sus normas de convivencia en el sistema de justicia y en el Ejecutivo con políticas públicas que reconozcan a los pueblos en mención para el mejor aprovechamiento de los recursos y para la democracia en el país.

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