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Plástico: Regulaciones que empobrecen

#HaciaLaLibertad

El reciente acuerdo prohibiendo el uso del plástico en Antigua Guatemala se suma al de otras municipalidades del país en el que los alcaldes y sus consejos desvían la atención del verdadero problema que es la recolección y manejo adecuado de desechos sólidos.  Esta irresponsabilidad de los alcaldes encontró un culpable, el plástico.

Pero el plástico no es el culpable.  Es útil para la vida del ser humano precisamente por esas propiedades que al final de su vida útil lo hacen degradarse lentamente.   Y ¿de qué tamaño es el problema del plástico? Resulta que el plástico en general representa el 8% de la basura.  Las bolsas de supermercado son el 1%.  Las pajillas que tanto han dado que hablar no llegan ni al 0.01%.   El cartón el 14% y el resto es material orgánico.  Curiosamente el cartón y el resto de materia orgánica se degradan rápidamente contaminando el manto freático, ríos, lagos y mares.  Pero como no lo vemos no decimos nada.

El plástico, por su menor densidad que el agua flota.  Y aunque es inerte (han tratado de decir que tiene contaminantes tóxicos, pero no es cierto, es inerte y esa es una de sus ventajas para empacar y manejar alimentos) se ve horrible en el ambiente y definitivamente a nadie nos gusta verlo contaminar visualmente nuestros paisajes.  Encima de todo, la gente que lo tira donde le da la gana, no se da cuenta que una parte de este para en el mar.  Es triste, pero es la realidad precisamente por lo que mencioné al inicio, los malos hábitos de la gente y la deficiente administración de la recolección y manejo de residuos sólidos por parte de las municipalidades.

Sustituir el plástico es más caro y contamina más debido a que cualquiera de los sustitutos que hasta ahora se proponen como lo es el papel, la tela, el vidrio o incluso los plásticos biodegradables, son más contaminantes analizando su ciclo de vida completo, de inicio a fin.  Mi sugerencia a quienes emiten este tipo de regulaciones y legislación, tienen la obligación de informarse e investigar bien el tema antes de quitarle libertad a las personas y usar la coerción (violencia por parte del aparato estatal para hacer lo que ellos consideran que es mejor para la gente y no lo que la gente escoge libremente por si misma).  Con estas medidas, un país tan pobre como Guatemala, tendrá que utilizar productos más caros que lo que usaba actualmente.  Y ni hablemos de la corrupción que esto implicará.

Doña Tina, una señora que vende comida en la calle en Antigua Guatemala, me contó que estaba aterrada que le pudieran una multa de Q.3,000 si le encuentran con plástico en su negocio.  Ya no podrá usar los vasos, platos y cubiertos de poliestireno expandido para el atol y otros alimentos, sino que ahora usará de cartón que le cuestan el doble o más, y no se diga las bolsas plásticas.  Para ella no es opción utilizar hojas de plátano porque son antihigiénicas.  Está preocupada porque sus clientes son en la mayoría personas que viven al centavo, pero ahora tendrá que cobrarles más. Le paga al recolector de basura Q.75 al mes para que pase 2 veces a la semana recogiendo su basura.  Pero ella dice que no sabe bien donde tiran esa basura.

Para ella el problema es la gente que tira la basura en la calle y la Municipalidad que no hace bien su trabajo.  Ella preferiría pagar más por un buen manejo de basura, lo que saldría más barato para todos y el municipio estaría más limpio.  Sus clientes no sufrirían el enorme incremento que se viene encima y además los sustitutos no funcionan tan bien como el plástico que está utilizando ahora.

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