Columnas

A cien años de la reforma de Córdoba en la USAC

#Antropos

De los grandes hechos históricos que han marcado la marcha de la democracia y la educación en América Latina, lo constituye la Reforma de Córdoba de 19l8 promovida y gestada por los estudiantes argentinos y que bañó de entusiasmo por el cambio, a todo el continente, incluyendo obviamente a Guatemala.

Se acordó el cogobierno estudiantil, los concursos de oposición para optar a la docencia, la extensión universitaria, la libertad de cátedra, la autonomía universitaria. Fue un parteaguas porque América Latina con este hecho de carácter educativo, entró al siglo veinte y dejó atrás los esquemas obsoletos.

La USAC, celebra este cinco de septiembre a partir de las diez horas,  un acto académico de altos quilates en el salón insigne que lleva el nombre del mártir por la democracia Adolfo Mijangos en el MUSAC, los cien años de la Reforma de Córdoba. Estarán presentes el Rector de la Universidad Nacional Autónoma de México, Doctor Enrique Luis Graue Wiecher, el Rector de la Universidad Estatal a Distancia de Costa Rica, Doctor Luis Guillermo Carpio Malavasi y el filósofo argentino Hugo Biagini que presentará su magna y voluminosa obra: Reforma Universitaria y Nuestra América, que se distribuirá entre los presentes a  esta actividad.

Una reunión de académicos, de pensadores, de universitarios que piensan en su Universidad como un centro de conocimiento, como una instancia formadora de conciencias juveniles, en la que se delinean ideales y sueños por una patria en donde se respeten las garantías constitucionales y el Estado de Derecho, es un buen momento para la reflexión para tomar distancia de los arrebatos de la política nacional y desde un pensamiento sosegado, empezar a trazar los caminos por un centro de educación superior que esté al servicio de la sociedad y particularmente de los jóvenes que aspiran a una vida llena de realizaciones de una convivencia solidaria para alcanzar las metas de una vida mejor.

Debemos superar ese nivel de confrontación y agresiones que pululan por doquier, así como los resentimientos, las apetencias individuales que no se sacian con nada como si fueran hienas perdidas por un pedazo de carne en el desierto.

Vivimos en un mundo cada vez más estrecho y si no encontramos las vías del abrazo solidario, de los acuerdos comunes por el respeto a la vida al servicio de la vida, difícilmente vamos a sobrevivir. Ni los que tienen mucho, ni los que tienen poquísimo se salvarán del naufragio universal. No tenemos el derecho de contaminar a los jóvenes de nuestras frustraciones y apetencias materiales. Debemos llenarlos de entusiasmo, de alegrías, de realizaciones, de búsqueda de sueños e ideales, con el estudio sistemático, con la innovación tecnológica, con los saberes que han creado los sabios para que los seres humanos vivamos confortablemente sin agredir a los otros.

De ahí que celebrar los cien de la reforma de córdoba en la USAC es una especie de parteaguas para que nuestra institución pública, emprenda con mayor entereza aquellos cambios necesarios de carácter sustantivo, para servir con inteligencia, compromiso moral y creatividad a la juventud guatemalteca y de esa manera convertirse en lo que dijo un filósofo alemán, en la “conciencia lúcida de la sociedad”. En el lugar del sosiego, del pensamiento y de las ideas.

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