Columnas

Escuchar a todos

#TanmiTnam

Hay gente que tiene temporalmente el poder de decisión que bien debe servir para entablar diálogo con todos los sectores del país con el objetivo de buscar respuestas a los viejos problemas que se vienen sufriendo por muchos años y que de alguna manera hacen que los habitantes vivan inquietos y sin posibilidades de esperar un futuro con mejores condiciones donde impere la justicia, el diálogo, la democracia y la convivencia. El no escuchar a todos provoca aislarse de la realidad, se aleja la posibilidad de identificar el contenido del clamor de los que sufren y de los que están fuera del beneficio de las decisiones y la cercanía al poder es aprovechado por quienes mantienen los privilegios para su beneficio y de sus allegados.  Los efectos del aislamiento de la autoridad de su pueblo, hace que las autoridades escuchen su ego y a quienes adulan todos los días describiendo una realidad artificial que no responde a las realidades que pueden tomar otras dimensiones.

Hay que escuchar a quienes apenas hablan el idioma oficial del Estado. Esta parte del país le contaría temas relacionados con efectos que sufren al no ser identificados por parte de los poderes del Estado, relatarían el dolor que sufren al ser discriminados vía los servicios públicos, le harían ver qué se siente cuando apenas son reconocidos en su propio país.  Este porcentaje de población puede describir que no habla el idioma oficial del Estado porque no había centros donde aprender, las oportunidades quedan lejos todavía y además rechazan el uso y fortalecimiento de su lengua materna y que más bien es una lucha para desaparecer lenguas y culturas.

Las niñas y los niños que padecen desnutrición posiblemente solo lágrimas podrían derramar, pero el lenguaje de las lágrimas lleva sufrimiento, dolor, tristeza y muerte. Son las niñas y niños protagonistas del futuro del país, un futuro que seguirá siendo de desigualdades, de miseria, de escasez y de problemas políticos si se sigue sosteniendo el poder solo para quienes manipulan favores para sus intereses. Entonces está claro, no más corrupción.

Cuando tengan oportunidad de intercambiar con los descalzos, los harapientos y los hambrientos, puestos estos hablarán del dolor que llevan por pasar días sin comer, que muchas autoridades hablan de programas de bienestar social dirigidos para ellos pero que nunca les ha llegado, que carros van y carros vienen con supuestos expertos para llevar desarrollo al campo y que al final los esfuerzos llegan a beneficiar a los que tienen y a los que son parte de la clientela.

Cuando le toque el turno a la juventud, este sector de la población le hablará de lo que se siente cuando a falta de servicios públicos accesibles, se ha quedado sin educación, sin trabajo y sin futuro. La juventud le contará el sabor de la persecución cuando se está en problemas con las leyes del país, con dolor y lágrimas le hará ver del sufrimiento cuando decide emigrar en busca de otros ambientes para imaginarse un futuro con algunas condiciones favorables, pero también habrá un porcentaje de la juventud que tendrá la oportunidad de decir que para las decisiones de trascendencia, ellos también son parte del proceso que debe transformar las condiciones actuales desfavorables a la justicia y a la democracia.

Los pueblos indígenas llevarán demandas en pro de la democracia intercultural, tendrán la oportunidad de argumentar que junto a otros pueblos y sectores es posible asumir la diversidad para  construir el Estado Multinacional. Todo funcionario y trabajador público debe saber escuchar a todos los guatemaltecos.

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