Columnas

¿Compasión o dependencia?

#Catarsis

Esta semana leí una cita de Thomas Sowell que me hizo reflexionar, él dice: «Aunque la gran palabra de la izquierda es “compasión”, la gran agenda de la izquierda es la dependencia. Cuantas más personas dependen de los donativos del gobierno, más votos de los que puede depender la izquierda para un estado de bienestar en constante expansión». —La traducción es mía. ¿Fuerte no?, aún así considero que Sowell tiene toda la razón.

Siempre se ha dicho que la izquierda apela a los sentimientos mientras que el capitalismo a la razón, por lo que la izquierda gana los corazones de sus seguidores, mientras que el capitalismo nos presenta la dura realidad, este mundo no es equitativo, este mundo es perverso y este mundo es desigual; y por lo tanto es visto como el maldito capitalismo. Con esto no quiero decir que la compasión no es buena, por el contrario, es parte de lo que nos hace humanos y tampoco significa que el capitalismo sea del todo bueno, no lo es, pero es preferible.

No se puede hacer políticas públicas y de gobierno inspirados en la compasión, porque sólo se genera un grupo de individuos dependientes del estado que son capaces de llegar a las últimas consecuencias con tal de no perder las migajas que reciben. Tenemos dos claros ejemplos en Venezuela y Nicaragua. Quienes dependen del Estado para su subsistencia son cómplices de los crímenes más atroces que cometen estos gobiernos y se lanzan en turba contra quien disiente y hace peligrar su dependencia al “papá estado”.

Se que serán muchos los que me vengan a predicar las bondades del socialismo en los países nórdicos. Déjenme recordarles que las políticas sociales en estos países se implementaron cuando existía una población homogénea, en raza, cultura, religión, educación, etc., además de que las empresas y ciudadanos que mantenían al estado con sus impuestos venían de años de bonanza. Lo que hace fácil comprometer el dinero de los demás para implementar políticas sociales. ¿Qué sucede hoy en día? Estos países se están replanteando las políticas sociales y están retrocediendo, puesto que ahora cuentan con una fuerte migración además de los refugiados, lo que ha traído minorías no homogéneas que en algunos casos se aprovechan del estado benefactor y no contribuyen en nada a la sociedad. Si quisieran se podrían dar cuenta que no es por casualidad que la ultraderecha se consolidó como la tercera fuerza política en un país de tradición socialista y según expertos de ahora en adelante será el árbitro de las decisiones políticas. Una fuerza que para muchos irá en aumento en los próximos años.

¿Cuáles son las acciones adecuadas para evitar la dependencia? Pues nada nuevo, lo que se ha venido diciendo durante años: es necesaria una buena educación y políticas que incentiven el crecimiento económico de quienes están dispuestos a esforzarse y trabajar en igualdad de condiciones. Retirar los privilegios a los mercantilistas que solo le chupan la sangre cual zancudos a la población, acceso a crédito a la pequeña y mediana empresa, así como la inserción de los productores y comerciantes informales en pequeñas empresas para que salgan de la informalidad, simplificando trámites y bajando costos. Esto generaría suficientes impuestos para invertir en educación, salud e infraestructura y seguridad.

Y con esto regresamos a las palabras de Sowell, la izquierda ofrece dependencia disfrazada de compasión porque no le interesa tener ciudadanos libres y responsables, quieren borregos que puedan controlar y manipular a su antojo. Poco les importa que estas personas salgan de la extrema pobreza, necesitan muertos de hambre que dependan de sus migajas para hacerse del poder, no les interesa que estas personas prosperen y salgan adelante porque necesitan sus votos, lo cual es perverso e inhumano.

A partir de enero que comenzaremos a escuchar a los políticos prometiendo el oro y el moro, seamos cautos y vemos más allá de las palabras, porque la dependencia viene disfrazada de compasión.

TEXTO PARA COLUMNISTA

Carmina Valdizán

Abogada y analista guatemalteca, presentadora de televisión y escritora.

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