La historia se repite
En la historia de la humanidad se cuentan hazañas de gran valentía donde los hombres luchan y mueren por defender su pueblo, sus familias y sus ideas. Pero como hay actos loables también los hay detestables. La confianza es algo que el ser humano valora mucho y solo hay un acto que es capaz de destruir por completo esto: la traición.
Esta es una de las cosas más despreciables, habiendo destruido reinos, familias y alianzas. Así como hay héroes, también hay traidores que cambiaron de bando para destruir todo lo que los demás defendían. Por supuesto, quién es un traidor y quién es un héroe depende de la focalización o desde dónde se mire.
En el conocido himno de la Universidad de San Carlos de Guatemala, denominado La Chalana, una de sus estrofas reza “Patria palabrota añeja, por los largos explotada, hoy la patria es una vieja, que esta desacreditada, no vale ni cuatro reales en este país de traidores, la venden los liberales, como los conservadores.” el referido himno, fue escrito ya hace muchos años y, sin embargo, no deja de tener vigencia.
La historia se repite a lo largo de la vida de nuestra nación, desde la conquista los cakchiqueles traicionaron a los quiches, luego se han observado historias de traición y muerte a lo largo de la vida independiente, al interior de los grupos de izquierda se encuentran relatos de traición, en la institución armada también los ha habido y no digamos en los partidos políticos que es donde se cocinan las peores traiciones.
El Infierno (en italiano Inferno) es la primera de las tres cánticas de La Divina Comedia del poeta florentino Dante Alighieri. Los sucesivos cantos son el Purgatorio y el Paraíso. De hecho, su estructura doctrinal hace un uso constante del número tres: los condenados están repartidos en tres categorías, cada una localizada en una sección decreciente de la cavidad subterránea. El orden de las penas, depende de la Ética Nicomaquea de Aristóteles, y prefigura una jerarquía del mal basada en el uso de la razón. La elección de las penas sigue la ley del contrapaso, que castiga los pecadores mediante el contrario de sus pecados o por analogía a ellos. En ese sentido, los pecadores más «cercanos» a Dios y la luz, es decir puestos en los primeros círculos, son los incontinentes, que incluyen a los lujuriosos, los glotones, los avaros y los iracundos. Siguen los violentos, que fueron cegados por la pasión, si bien a un nivel de inteligencia mayor que los primeros. Los últimos, ubicados en las Malasbolsas, son los fraudulentos y los traidores, que quisieron y realizaron el mal conscientemente. Entre los traidores hay cuatro categorías: a Caína van los traidores a la familia; a Antenora, los traidores a la patria; a Tolomea, los traidores a los huéspedes y a Judeca, los traidores a los benefactores y a Dios. Todos los pecadores del Infierno tienen una característica en común: sienten la lejanía de Dios como el mayor castigo. Cuanto mayor es el pecado, menor es el espacio físico en el que habitan las almas.
La trama que se escribe en nuestro bello país desde el año 2,015 aún no termina, y trae consigo pasajes de verdad, mentira, odio, traición y muerte ya sea civil o física y se agudiza mucho más con el correr de los días, meses o tal vez años. Lo cierto es que, nadie es poseedor de la verdad absoluta, pues hay que escuchar ambos lados de la historia, antes de formar criterio.
Traición, heroísmo… la historia no siempre describe los actos como sucedieron y en la mayoría de los casos, la escriben los vencedores. ¿Serían considerados traidores si las cosas hubieran sido diferentes?
POR UNA NACIÓN LIBRE, JUSTA Y SOLIDARIA