Máscara contra cabellera
#Catarsis
A más o menos 40 días de la convocatoria a elecciones los políticos han comenzado una lucha sin tregua que asemeja a la lucha libre, acá todo es válido con tal de arrancarle la máscara al oponente y llevarse el cinturón. Desprestigio, denuncias, recursos, mentiras, quejas, develación de conversaciones privadas, en fin, cualquier artimaña es válida para sacarse de encima a los adversarios.
Como si esto fuera poco, las reformas sin sentido a la Ley Electoral y de Partidos Políticos agravan esta situación, porque le otorgan un poder desmedido y discrecional al Tribunal Supremo Electoral y al burócrata de turno. Las reglas no son claras y los políticos tienen miedo de opinar sobre la coyuntura nacional so pena de ser acusados de realizar campaña anticipada.
Sumemos a esto el hecho de que la línea divisoria entre campaña anticipada y proselitismo es demasiado tenue, todo dependerá de la discrecionalidad del tribunal a la hora de emitir sanciones y resolver las denuncias que han sido presentadas. Esta discrecionalidad se presta a corrupción y abusos por todas las partes involucradas.
Las reformas a la Ley Electoral tienen varios amparos interpuestos ante al Corte de Constitucionalidad por ilegalidades y claras violaciones a la libertad de expresión. Pero la Corte de Constitucionalidad pareciera disfrutar de su poder plenipotenciario y omnipotente, y se está tomando todo el tiempo del mundo para resolver. Y a estas alturas es muy probable que no lo haga antes de la convocatoria a elecciones en enero próximo. Los políticos ya se encuentran tras las cuerdas del ring y los más recientes dramas que se han desatado son sólo el preámbulo de lo que se avecina.
Mientras tanto, los ciudadanos nos encontramos con las manos atadas y a oscuras. No sabemos qué opinan los futuros candidatos de los temas coyunturales puesto que no pueden opinar hasta que no inicie la campaña por temor a ser sancionados. Este drama político solo se va a intensificar en las próximas semanas y posiblemente ocupen la primera plana del debate político, lo cual es vergonzoso. Hablan de cambio y de nueva política, pero yo solo veo más de lo mismo.
¿Qué opción tenemos? No veo muchas y por ello debemos de ser precavidos y no caer en los discursos y las promesas de siempre. Necesitamos planes concretos y viables, de nada nos sirve un pliego de ofertas que ofrezcan el cielo y no sean más que demagogia repleta de promesas imposibles de ejecutar.
No deja de ser frustrante porque estos últimos 3 años los hemos pasado en modo de subsistencia. No hay trabajo, la economía está por los suelos, hemos sufrido muchas amenazas al orden constitucional y estemos o no a favor del presidente Morales, él es el presidente electo democráticamente y no podemos darnos el lujo de poner en riesgo nuestra frágil democracia solo porque a muchos no les gusta. Lo siento no podemos hacer nada, la próxima vez razonen mejor su voto.
Luego de observar el espectáculo político que recién inicia, no me siento nada esperanzada. Solamente espero que el que se convierta en nuestro próximo presidente tenga la suficiente voluntad de comenzar a enderezar el rumbo; salir del pozo en el que nos encontramos llevará años y se necesitará de varios gobernantes para lograrlo. Mientras tanto sigamos disfrutando del espectáculo ya que no depende de nosotros, lo que depende de nosotros es que estos individuos inescrupulosos lleguen o no al poder.