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Petróleo barato, lo bueno y lo malo

#EnergíaAmbienteyPoblación

Compleja la situación actual del mercado mundial del petróleo, como lo resume el semanario económico The Economist: “El IS-Estado Islámico-aún avanza. Rusia, tercer productor mundial, enredado en Ucrania. Iraq, Siria, Nigeria, Libia, todos productores de petróleo, y todos en serios desordenes internos. Pero el precio del crudo… descendió poco más del 25%, de $125 el barril a mediados de junio, hasta $85, a mediados de octubre, antes de recuperarse un tanto. Tal cambio tiene consecuencias globales y ¿quiénes son los ganadores y quiénes los perdedores? El primer ganador es la economía mundial, ya que una baja del 10% en el precio del petróleo, se asocia con alrededor del 0.2% del PDB (producto demográfico bruto), en la economía global…”. Según afirma el FMI y “en el caso de Estados Unidos, la producción del gas de esquistos causó la baja en el precio en relación con Europa… lo cual aceleró su exportación de manufacturas en un 6% comparado con el resto del mundo” (The Economist, octubre 24, 2014).

Debe tomarse en cuenta, entonces, las fluctuaciones en demanda y oferta, debidas a la misma desaceleración en el ritmo de la economía mundial, sumado al atasco de la recuperación en Europa y Japón, que retrocedieron la demanda del petróleo.

Aparte, tenemos la sacudida por sobreoferta, resultante de los incrementos en la producción de petróleo y gas en Estados Unidos, lo cual desde principios de 2013 contribuye alrededor de 1 a 2 millones de barriles más por día a la oferta mundial, por encima de años anteriores. Por tanto, ahora un corte del precio mantenido en un 25%, significaría un PDB global cerca del 0.5% hacia arriba del actual. Y así, en mayor proporción, los países importadores de petróleo (incluida Centroamérica), pues saldrían ganando en el ahorro interno de sus economías. Tomemos el caso de China continental, el segundo mayor importador neto de petróleo y sus derivados en el mundo: por cada $1 rebajado al precio del petróleo, ahorra $2,100 millones anuales. La baja actual sostenida, le significaría reducir su factura de importaciones en unos $60,000 millones anuales.

Pero, irónicamente, la producción por fracturación o fraqueo que permite a los EE. UU. esos sustanciales niveles de producción, es un proceso de altos costos. Se calcula que de mantenerse los precios en niveles de $85, el sentido económico perderá sostén con la tecnología actual, sobre la explotación de al menos un 20 a 25% del total de las reservas disponibles. Además, aparte el gas, la refinación de los otros hidrocarburos así producidos, requiere de procesos más complejos y caros.

Y Venezuela, que hoy ya está en apuros, con su mayor producción de crudos pesados cotizando precios más bajos aún, hace peligrar más su economía nacional, dependiente de ingresos fiscales por petróleo hasta en un 50%.

Aparte los problemas que hoy enfrente el gobierno bolivariano, con respecto al antes tan cacareado esquema Petrocaribe. El compromiso para el sostenimiento del generoso aporte a varias de las economías caribeñas y centroamericanas, hoy se las ve muy negras también…

En tanto que en Europa, los planes de alejar su dependencia del suministro de Rusia, sobre todo del gas natural, siempre podrán peligrar bajo un patrón de petróleo a $85 el barril, lo cual estimularía el consumo pero bajo continuo esquema deflacionario.

Y hoy día, a cuatro años de haberse anotado algunas de las observaciones arriba, la situación petrolera, particularmente lo del precio, sigue en las mismas circunstancias, ni mas, ni menos… empero, cabe adelantar que de seguir la actual situación, es alta la probabilidad de un estancamiento del precio del petróleo, entre los 85 a 70 Dólares el barril FOB.

TEXTO PARA COLUMNISTA

Otto Rinze de León

Consultor en energía, ambiente y población. A lo largo de su carrera profesional, ha ocupado distintas posiciones de gestión y dirección, en la iniciativa privada, instituciones de gobierno y proyectos de la cooperación internacional. Correo: [email protected]

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