Columnas

Candidato + Plan de País + Gabinete

VOCACIÓN DE LIBERTAD

La propuesta de buscar una forma de lograr llevar al próximo gobierno de Guatemala un equipo de trabajo que “haga un gobierno diferente a todos los anteriores” sigue siendo seductora por el solo hecho de ser una iniciativa ciudadana y un esfuerzo de pensamiento creativo para encontrar la forma de no tener más de lo mismo, puesto que las consecuencias de esta ruta, ya las podríamos anticipar: un nuevo fracaso y una, aún más si se puede, profunda frustración.

He de decir que, incluso la propuesta sobre la cual he venido reflexionando, sería también muy válida para momentos en que es altamente probable tengamos que llegar en un futuro próximo, debido a la fragilidad del sistema electoral actual y la potencial implosión del mismo, razón suficiente como para tener caminos alternativos dentro del marco civilizado que emana de nuestra norma constitucional.
En este ámbito, el autor de la propuesta, José Fernando García escribe: “Conformada la propuesta de hombres que habrían de dirigir el gobierno, habrá que buscar un partido político debidamente autorizado que se interese en este proyecto. Uno capaz de anteponer los intereses de Guatemala a sus propios intereses partidarios. Identificarlo es difícil, quizá lo más complejo de esta visión, más no imposible. Entre otras razones, porque a ese partido podría seducirle la posibilidad de convertirse en parte del bipartidismo sano que quizá sobrevendría.

La política es el arte de lo posible” es una frase que a manera de estribillo se ha venido acuñando por quienes han vivido de la “vieja política”. Es una forma de resumir aquello de que todo tiene posibilidad de ser negociable, tal cual ha venido siendo la práctica de los últimos tiempos; practica que ha llevado a la bancarrota a nuestro sistema político y dentro del mismo, la peor parte la están llevando los partidos políticos.
Lo que parece ir adquiriendo sentido es pensar en que “la política, se convierta en el arte de lo imposible” y desde esta avenida de pensamiento, suponer que es factible lograr tres condiciones que deben ir de la mano con el grupo político que pueda ser portador de una propuesta nacional que genere valor político, confianza y credibilidad en una sociedad frustrada por el latrocinio, la mentira y paupérrimas condiciones en las que sigue manteniendo su vida.

Estas tres condiciones básicas dentro del marco de esta perspectiva, vendrían dadas en primer lugar, por la aplicación de un proceso de selección del líder nacional como el propuesto por José Fernando, con lo cual lograríamos salirnos del esquema tradicional que ya ha probado ser productor de fracasos y que de seguirse, no haría más que mostrar nuestro alto nivel de necedad que raya en le estupidez, nada extraño por estas tierras. Espero y es mi intención, no ofender a nadie, pero la verdad empírica sustenta una dura afirmación como la anterior.
Una vez salvada esta primera e importante etapa –una forma de selección del candidato como la propuesta–– el candidato debería poder tener claridad sobre un plan de trabajo anclado en una visión de futuro compartida por las grandes mayorías de connacionales y no solamente por las elites. Por supuesto, debe haber claros ingredientes de mediano y corto plazo de fácil implementación pero con un algún costo político si consideramos los parámetros de la “vieja política”, pero que por el carácter y compromiso con la visión de largo plazo, deberían ser decisiones a tomar con bastante facilidad.

El ultimo, indispensable y más que evidente ingrediente, debería ser la existencia de un equipo humano de trabajo que a nivel de Ministros, Viceministros, Secretarios y Directores del aparato estatal, con una clara reforma del sistema de Servicio Civil, tuviera como línea transversal el que no le temblara la mano para llegar a ejercer la posición a la que fue llamado y siempre hacer gala de su capacidad de ejecutarla dentro del marco de la política nacional que persigue el bien común. Se precisa sin duda, de un algo grado de vivencia ética y moral.
Candidato, Plan de País y Gabinete de Gobierno, son tres ingredientes ineludibles para quienes pretendan responsablemente ser electos y deben ser también, ámbitos de la demanda política de quienes queremos elegir y no volver a equivocarnos, puesto que claro está que, hacerlo de otra manera es ser irresponsable ante Dios y con nosotros; con nuestros hijos y con la patria que nos ha dado tanto.

TEXTO PARA COLUMNISTA

Juan F. Callejas Vargas

Nicaragüense por nacimiento, Guatemalteco por decisión. 72 años de edad, periodista de opinión, casado con una esposa – Ana Lucrecia Aquino de Callejas - con quien ha procreado ocho hijos. Estudios profesionales en Universidad Rafael Landívar, INCAE y post grados en Inglaterra, Brasil y Estados Unidos de América. Amplia experiencia en diseño y ejecución efectiva de programas de comunicación y diseño de Estrategias a nivel comercial para firmas y organizaciones nacionales e internacionales. Estratega de campañas políticas, de gobierno e institucionales en Guatemala y El Salvador, así como mercadeo social.