Columnas

¿Por qué creo?

#Emunah

Recientemente, la cadena de televisión estadounidense “Univisión”, a través de su programa “Aquí y Ahora”, transmitieron el reportaje titulado “Los magnates de Dios”, en el cual, bajo su criterio, son señalados varios pastores por mal manejo de las finanzas de la iglesia. En el mismo, se revelan los supuestos nexos con el narco tráfico, del célebre pastor guatemalteco, “Cash Luna”, quien está al frente de Casa de Dios, una de las iglesias más grandes de Latinoamérica.

Esto provocó que las autoridades correspondientes empezarán una investigación; y así mismo que muchos ministerios evangélicos, líderes religiosos y miembros de la iglesia emitieran su opinión al respecto, la mayoría con la intención de socavar su integridad. Por lo que la iglesia evangélica Casa de Dios y el pastor compartieron un comunicado donde niegan las acusaciones y aclaran que tienen 22 años de trayectoria y un testimonio avalado por miles de fieles seguidores a nivel mundial.

Antes de condenar o juzgar a alguien, deberíamos evaluarnos, y reconocer que somos pecadores y necesitamos de un salvador. Al hacerlo seremos más misericordiosos y comprenderemos que la gracia de Dios es un regalo inmerecido; ya que, si Dios nos juzgara conforme a nuestra persona, todos, irremediablemente, seríamos condenados por la eternidad.

La Biblia es muy clara al afirmar que nadie más que Dios conoce el corazón del hombre; pues el ser humano mira la apariencia exterior, pero el SEÑOR mira el corazón. Este artículo no es con el fin de emitir juicio sobre este incidente porque sólo Dios es el único juez justo, y sólo Él conoce el corazón y la vida del pastor Cash Luna.

Lo único negativo de este incidente, es que lamentablemente, como daño colateral, muchas personas pueden desmotivarse a seguir creyendo en su fe. Y precisamente esto es lo que da vida al título de este artículo: ¿Por que creo? No es con el afán de arrojar la primera piedra, sino con el firme anhelo de avivar nuestra fe, en medio de situaciones adversas.

Todos estamos expuestos a diferentes eventos que pueden hacernos cuestionar nuestras creencias, y llevarnos a pensar que tanto la vida como Dios son injustos. La vida siempre va ha estar llena de muchos desafíos, eventos y circunstancias que podrían cambiar nuestra perspectiva acerca de Dios y del evangelio.

Alguien dijo “todo es según el color del cristal con que se mira”. Cada persona tiene que pelear sus propias batallas, y es responsable de avivar su fe. La palabra de Dios deja muy claro que en este mundo tendríamos aflicciones y que en todo tiempo la fe del cristiano sería bombardeada; y sólo aquellos que realmente han creído en Dios y en su palabra como la única verdad absoluta, son los que podrán mantenerse firme en las diversas pruebas.

La iglesia de Jesucristo no está cimentada en el pastor, en la congregación, en la iglesia, o en la reputación de estos. La iglesia de Jesucristo esta cimentada en la fe de que Jesucristo, Dios echo carne, mediante Su sacrificio en la cruz nos liberó del pecado; y que a través de su resurrección nos garantiza la vida eterna. Sin Jesucristo vana sería nuestra fe.

Hay muchos eventos en nuestra vida que podrían hacernos desistir de nuestra fe: la pérdida de un ser querido, una enfermedad letal, un accidente trágico, una injusticia, entre muchos otros. Asimismo, la televisión, las películas, los libros, los documentales, y la diversidad de información a través de la internet con respuestas inteligentes y objeciones lógicas pueden modificar nuestras creencias.

En estos tiempos más que nunca debemos realmente hacer una reflexión sobre que pesa más; si los eventos de la vida, los prejuicio y los conocimientos humanos o la Palabra de Dios. ¿A qué doy más credibilidad? A las decepciones, sufrimientos, a la ciencia, a la cosmovisión del mundo moderno o a la cosmovisión bíblica.

La Biblia dice que la sabiduría de este mundo es insensatez a los ojos de Dios. Por lo tanto la verdad revelada a través de Jesucristo es superior a los pensamientos y filosofías humanas. Nuestra manera de pensar va a determinar que tengamos una relación con Dios directa y fluida; o una relación frívola y superficial, por lo que debemos alinear nuestra mente conforme a la Palabra de Dios para construir sobre su fundamento.

En vez de convertirnos en críticos, centrémonos en la verdad del evangelio, teniendo presente que la prueba de nuestra fe produce perseverancia y madurez, y da evidencia que es real. Por eso la Biblia dice “Examínense ustedes mismos, para ver si están firmes en la fe…¿No se dan cuenta de que Jesucristo está en ustedes?”

¿Por qué creo? En vez de poner un signo de interrogación en nuestra fe, deberíamos poner un punto final que indique que nuestras convicciones están cimentadas en Su Palabra. Jesucristo es el único fundamento puesto por Dios, sobre el cual se edifica la Iglesia. Firmes en Él, podremos soportar todos los ataques contra nuestra fe, incluidos aquellos basados en la destrucción de los ministerios y líderes religiosos.

TEXTO PARA COLUMNISTA