Bendito cada inicio de año, ¡Bienvenido 2019!
Lugar Hermenéutico
En muchas culturas siempre se celebró el año nuevo, sin embargo, en la fecha en la cual se celebra hoy día es relativamente nueva, pues inicio a festejarse a partir de 1582 cuando el papa Gregorio XIII instituyo el uno de enero de cada año como el inicio de lo que se conoce como el calendario gregoriano que vino a sustituir al calendario juliano.
Al inicio fue una celebración en los países catalogados como católicos, pero poco a poco se fueron incorporando más naciones por todo el mundo. Mas allá de su origen, esta fecha constituye la frontera entre lo que se pudo, lo que se alcanzó y lo que se postergo en un periodo determinado por 365 días su equivalente a 8760 horas o bien 525,600 segundos.
Dado el dinamismo y lo agitado del día con día en la vida moderna son pocos los instantes que nos invitan a hacer un balance en lo actuado y un detente en el camino para continuar o reorientar los esfuerzos realizados hasta ahora. Cada inicio de año viene cargado de múltiples energías, lleno de expectativas y planes que a lo largo del año se pueden ir plasmando en actos concretos o bien pasan a los costales de lo inconcluso.
Bendito cada inicio de año porque justamente nos inyecta una sobredosis de ánimo, entusiasmo en el establecimiento de objetivos y metas, sean estos en los planos personal, familiar o comunitarios, que bueno si logramos alcanzar gran parte de ellos, de igual manera sirven como una utopía para avanzar en el caminar de la vida para ser mejores hora por hora, día con día.
De igual manera a nivel de país este 2019 será crucial en la historia de Guatemala, pues los ciudadanos seremos nuevamente convocados a un proceso eleccionario para elegir autoridades desde el ámbito municipal, diputados al congreso, hasta la máxima magistratura del país, de momento solo se habla de candidaturas en casi ningún espacio político se habla de propuestas serias que puedan apalancar el desarrollo integral de los guatemaltecos.
Es imperativo que, en este inicio de año, con el ímpetu y la energía propia de la época, nuestras elites económicas, políticas, académicas, religiosas, intelectuales y sociales, abran la mente e inviten al debate serio para buscar soluciones creativas y de fondo a las diversas problemáticas que históricamente nos aquejan y las que se van sumando tal es el caso de los niños migrantes.
El 2018 quedo atrás y con él muchas satisfacciones, así como metas incumplidas, pero este 2019 puede ser el año en que por fin los sectores poderosos del país, los tradicionales y los emergentes por fin puedan ponerse de acuerdo en cuanto a la orientación que el país necesita para sacar de la pobreza y la pobreza extrema a miles de connacionales, no es posible avanzar sin dialogar y sin fijar acuerdos.
Las propuestas de país deben originarse desde su medula social, las soluciones no vendrán ni del norte ni del sur, menos de alguna fuerza alienígena o deidad sobrenatural que de un momento a otro resuelva lo que en siglos los guatemaltecos no hemos sido capaces. Bienvenido 2019, bienvenidos los nuevos desafíos y los no tan nuevos, este debe ser un excelente año para arremangarse la camisa y echar punta por Guatemala.
