El consejo de los notables (parte final)

TEOREMA

A través del ventanal que da al Portal del Comercio, el presidente veía absorto la vieja edificación que siempre le hizo pensar en la novela de Asturias. Su reflexión fue interrumpida por el abogado M. buscando papel. El Presidente tiró de una gaveta y extrajo una carpeta ––solo papel, el lapicero no hace falta dijo el abogado. Una hora después volvió a escuchar la voz respetuosa del constitucionalista pidiendo permiso para entrar. Le precedían los otros cuatro notables.

Hablando en nombre del grupo el señor C. dijo: Presidente, a pesar de que todos pensamos de manera semejante, nuestra reunión se extendió para discutir algunos detalles. Nos disculpamos por la demora. Creemos, como usted, Presidente, que la Procuraduría de Derechos Humanos, la Corte de Constitucionalidad y también el Tribunal Supremo Electoral, actúan en contra de la Constitución. Guatemala, organizada como República libre e independiente, ha quedado sujeta a decisiones que, por medio de ellos, se toman en entidades internacionales. Hay que detenerlo. Es necesario preservar la soberanía porque de ella dependen nuestra dignidad y orgullo nacionales.

La señora D. lo apoyó agregando: Muchos de los magistrados a cargo de esas instituciones han sido cooptados. Los dirigen a cambiar nuestras costumbres y forma de vida. Ya lo han conseguido en otros países donde, por grotesco que parezca, una reina de belleza nació varón. Causa risa y da lugar a bromas pero es hacia allí hacia donde nos conducen sin darnos cuenta. Una legislación nacional podría seguir a la de Nueva York creando el género “X” en los certificados de nacimiento. Algún día podríamos tener hospitales nacionales especializados en cambios de sexo. En el futuro próximo pudiera haber clínicas públicas practicando abortos. Los colegios y escuelas tendrían servicios sanitarios para ambos sexos, mientras un niño decide si es mujer o varón. Y así…

Me he preguntado si somos ultraconservadores, retrógrados, o si estamos dentro de quienes buscan preservar la vida en la tierra, al menos en nuestro terruño. La ONU ha declarado su intención de controlar la población del mundo por medio de la agenda de género (Cumbre sobre la mujer, Beijing 1995). Nos están imponiendo esas políticas de manera solapada, a través de la CC y la PDH. El TSE podría favorecer a un partido afín a la ONU de Guterres. Así, cooptarían también al Ejecutivo. Lo peor es que una parte de la población-masa, en vez de exigir que seamos nosotros, los nacionales, quienes decidamos el futuro de nuestro país, se muestra a favor de esas organizaciones foráneas.

El Presidente la veía asombrado, cuando la abogado A. exclamó: Estamos de acuerdo con usted Presidente, cuando concluye pensando que la necesidad de sustituir a quienes hoy están a cargo de la CC, la PDH y el TSE es urgente. Allí solo debiera haber personas incorruptibles, expertos que rechacen cualquier injerencia internacional, profesionales sin bandera política.

El doctor S. intervino razonando: Usted dijo que anticipaba, a mediano plazo, la ofensiva de instituciones internacionales, de gobiernos cooptados y de sus oenegés locales. Que todos, de manera coordinada, accionarían contra su determinación de salvar a nuestro país. Que se trata de entidades tan poderosas como la misma ONU y sus agencias, la UNESCO, UNICEF, OMS, Banco Mundial, el Fondo Mundial de Población, el IPPF así como las fundaciones de Soros, McNamara y Rockefeler. Son adversarios sumamente poderosos que además manejan varias oenegés locales.

Habrá sinnúmero de organizaciones y asociaciones locales que en el fondo estarían totalmente de acuerdo con cerrar la CC, la PDH y el TSE. Algunas ya se han manifestado en ese sentido y empujan hacia una decisión así. Sin embargo, una vez iniciado el hecho, se vestirán de pureza y lo condenarán, lo dejarán solo. No querrán verse identificados con un “presidente golpista” como lo llamarán.

El abogado M. intervino: Estamos de acuerdo con usted, pero queremos disuadirlo sobre los medios que ha previsto. Queremos ser totalmente sinceros: Por encima de lo que pueda suceder a usted y a su familia nos preocupan las consecuencias a largo plazo sobre la República. No nos causa mayor desvelo la democracia. Pero sí estamos plenamente identificados con el orden constitucional y absolutamente convencidos de que debe ser preservado.

Por ello le recomendamos alcanzar los objetivos que nos ha confiado, pero dentro del marco constitucional y contando con el respaldo de la población. Para conseguirlo deberá demostrar ante el pueblo, y despejar cualquier duda sobre sus móviles. La gente debe estar convencida de que le guía la justicia, la verdad y el amor a la patria. Que no se piense que actúa por motivos egoístas o personales, como seguramente dirán sus opositores. Las pruebas en contra de los señalados deben ser contundentes.

Usted estará de acuerdo con nosotros, Presidente, que se trata de un problema eminentemente político con implicaciones legales, que debe ser resuelto en ambas instancias. Lo político requerirá de un gran esfuerzo proselitista donde usted mostrará su liderazgo personal. Vaya a buscar ese apoyo, primero en los poblados pequeños del interior, después en los más grandes y en las ciudades. Termine su gira en la capital. Esa debe ser una concentración masiva, como nunca hemos tenido otra.

La abogado A. agregó a lo dicho por su colega: Si usted acusa a los magistrados de la CC de prevaricato, debe demostrar que ellos han dictado resoluciones ilegales. Le sugerimos identificar cinco abogados constitucionalistas connotados, los de mayor prestigio como hombres de bien. Es muy importante que la opinión profesional de ellos merezca total respeto dentro de la población. Contrátelos para que analicen los fallos de la CC que usted considera ilegales y pídales rendir un informe con sus conclusiones. Cancele sus honorarios por anticipado y prohíba a sus subordinados cualquier intento de influirlos. Le dirán que la investigación judicial corresponde al Ministerio Público, pero el propósito de ese análisis no es judicial. Su finalidad es informar a la población. Alertarla.

El PDH tiene colas, largas y bien machucadas. Investigar sus errores, equivocaciones y delitos no precisará de mayor esfuerzo. A todos nos pareció inaudito y uno de los más graves errores del Congreso haberlo seleccionado a él.

Probar que el TSE está conspirando para favorecer a un candidato a la presidencia que promueva la “Agenda de Género” de la ONU, en cambio, será más complejo. Si bien firmó un pacto con una agencia de esa organización y lo hizo retorciendo la ley, demostrar su complicidad será difícil. Quizá, investigarlo desde su contraparte extranjera sea más efectivo. Para ello podría solicitar la ayuda del MOSAD o del FBI. También habría que analizar la conveniencia de no hacer nada, solo mantener vigilancia expectativa de los movimientos de sus magistrados, esperando que surjan elementos que permitan levantarles cargos por traición a la Patria.

Al señor C. correspondió concluir el consejo al Presidente y lo hizo diciendo: Hay que hacerlo todo de nuevo, hay que reconstruir el Estado y ponerlo al servicio de la nación, hay que trabajar mucho y vencer obstáculos que muchas veces serán gigantescos. Se trata de una tarea de largo plazo, de varias generaciones. A usted, presidente, corresponde sentar los cimientos de esa nueva sociedad y habrá de hacerlo bien, sin ceder ante las presiones internacionales ni los grupos de poder internos. No debe haber negociaciones. Su compromiso debe ser únicamente con la rectitud, la honestidad y la verdad.

Creemos que nuestro pueblo responderá a su llamado y que una inmensa mayoría acudirá a respaldar el movimiento que usted inicie. Si estamos unidos podremos enfrentar a los políticos locales y a sus organizaciones internacionales. Ese apoyo interno será la plataforma que pregonará que la Justicia está de su lado y quizás, sirva de ejemplo a los habitantes de otros países. Tal vez patriotas de otras latitudes también busquen hacer sociedades nuevas donde se respete al hombre honrado, trabajador y digno, donde se exalten los valores eternos.

Adelante Presidente, la Patria y la posteridad lo agradecerán.

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