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Mejorar la calidad de vida: no solo se trata del tránsito

Pensamiento Crítico

El inicio de año es percibido como un nuevo comenzar, un nuevo momento para proponer y hacer. Una luz de esperanza la que rodea. Es la oportunidad de afrontar los retos con una visión distinta. Las dificultades hay que afrontarlas con estrategia, sobre todo aquellas que están siempre latentes.

La planificación ha sido una debilidad en las autoridades guatemaltecas desde que tengo memoria. Una visión limitada que hay que transformar. En América Latina el ochenta por ciento de las personas vive en ciudades y, según datos Foro Económico Mundial, se estima que para el año 2025 ese porcentaje suba a los noventa.

Guatemala es uno de los últimos países latinoamericanos que ha iniciado su estrategia de urbanización. El Código Municipal data solamente del año 2002, producto de los pactos establecidos en los Acuerdos de Paz (1996), que junto a la Ley de Consejos de Desarrollo Urbano y Rural forman las bases para la planificación territorial, partiendo de una disposición constitucional que fue atendida en 1985. Esta planificación debe hacerse integral, para tal efecto se crea el Sistema Nacional de Planificación, a cargo de la Secretaría de Planificación y Programación de la Presidencia.

El Banco de Desarrollo de América Latina (CAF), en una investigación realizada, identificó las razones fundamentales de la planificación urbanística que detienen el avance de América Latina: hacinamiento en barrios vulnerables, transporte público y trabajo informal. Lo cual seguramente ha identificado casi de forma instantánea como los problemas generalizados que existen en las urbes guatemaltecas.

Es por ello que resulta tan vital el ordenamiento territorial, para efectos de explotar en la mejor medida las condiciones sociales, culturales, ambientales, políticas y económicas, entre otros factores, y con ello perseguir un desarrollo equilibrado y sostenible en el territorio guatemalteco. La base de todo esto es la gestión a nivel municipal, que a largo plazo busca la descentralización de los servicios estatales.

Para mitigar los problemas demográficos que han suscitado se requiere que las autoridades le apuesten a la inversión en infraestructura, de forma que la migración a las zonas urbanas esté previamente planificada. Esto con miras a mejorar los sistemas de movilidad entre ciudades. Es importante, sobre todo, que los sistemas de transporte estén enfocados en facilitar el acceso a las zonas de empleo y disminuir, con ello, los tiempos que las personas transcurren en el tránsito. Lo anterior junto con una política de vivienda, que permita el acceso a un costo equilibrado.

Un modelo de desarrollo que responda a la solución de estos grandes retos requiere de inversiones millonarias y de voluntad política. Se debe de apostarle a nuevas aproximaciones, las Alianzas Público Privadas puede ser una de ellas.

La planificación de las ciudades debe estar enfocada en mejorar la calidad de vida de los ciudadanos. En estos días empezaremos a sufrir debido al crecimiento del lote de vehículos que transita por la ciudad, lo que pone en evidencia que no se ha hecho una aproximación eficaz en el ordenamiento territorial, lo que hace más relevante que se aborde con seriedad.