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Educación separada según el sexo

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Comenzaron de nuevo los colegios y es bueno considerar el tema de la educación diferenciada por sexo. En estas líneas tuvo repercusión internacional un estudio reciente (aceprensa noviembre de 2018) de la Dra. María Calvo Charro, doctora en Derecho y profesora titular de la Universidad Carlos III de Madrid. Desde hace años defiende las ventajas de la educación diferenciada, no mixta, amparándose en estudios científicos, psicológicos y jurídicos. La invitan a numerosos congresos y ha escrito libros y artículos sobre este modelo educativo, guiada por una “preocupación” que no puede ocultar: “no se respeta el derecho de los padres a elegir en libertad e igualdad de oportunidades el colegio que desean para sus hijos”, afirma. La nueva ley educativa, señala, “es un ataque frontal y directo contra los colegios con educación diferenciada”. Con cuatro hijos en edad escolar (dos y dos), María Calvo es ante todo una madre que ha decidido defender públicamente la educación que considera mejor para sus hijos.

Señala que en España la educación diferenciada es minoritaria y recibe poco respaldo institucional. Y se pregunta, si desde un punto de vista pedagógico, si no se encuentran ante un anacronismo educativo.

Porque la realidad es que la educación diferenciada es un sistema pedagógico moderno y progresista que atiende a la educación personalizada de los alumnos, sacando lo mejor de sí mismos, en cuanto hombres y mujeres con sus peculiares características.

Y transmito alguna de sus consideraciones. Al elegir este tipo de colegios, los padres hacen una clara apuesta por lo académico. Es decir, asumen que estos centros no son lugares de socialización donde sus hijos van a encontrarse con el sexo opuesto para hacer amistades o tener romances. Por el contrario, son centros de alto rendimiento y exigencia, donde se da primacía a lo académico.

Afirma algo que los avances de la neurociencia y de la técnica han permitido a los más prestigiosos científicos afirmar que se trata de una realidad empírica demostrada. Un ejemplo: el Instituto Nacional de Salud de Washington demostró recientemente que el cerebro femenino madura años antes que el masculino y que la región del cerebro que coordina la función lingüística es un 30% más pequeña en los hombres que en las mujeres, aunque tengan idéntico coeficiente intelectual. Ni más ni menos inteligentes, sencillamente somos diferentes.

Además, debemos sumar otra diferencia: el desarrollo muscular de los chicos provocado por la influencia de la testosterona. Esto les hace mucho más proclives al movimiento. Son por lo tanto más inquietos, brutos y activos. Ni mejores, ni peores, tan sólo maravillosamente diferentes.

Estas diferencias cerebrales provocan no sólo que el ritmo de maduración de niños y niñas sea diferente, sino que además sean distintos en intereses; aficiones; gustos; juegos; forma de socializarse; de exteriorizar los sentimientos; reacciones ante idénticos estímulos…tantas cosas.

Los padres deben saber que se está abriendo paso la idea de que la educación separada de hombres y mujeres resulta beneficiosa. Y el defender su legitimidad, precisamente por respeto a las niñas y los niños y particularmente de las y los adolescentes… comenzando por ellas, e imponer la educación mixta en los centros públicos, es un abuso. Y el apoyo del Estado a los centros educativos privados, debe hacerse sin discriminar a los que han elegido la educación diferenciada: esto es un derecho de los padres, primeros educadores: y que deben tener ayuda para esa opción.

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