Columnas

Renacer de la USAC

Antropos

Hace unos días conversaba con un amigo acerca del presente  opaco de nuestras vidas en un mundo que cada vez lo veíamos más chato y plano. El desaliento de nuestra plática giraba alrededor de lo que nuestros sentidos palpan cotidianamente. ¿Cómo entonces levantar el ánimo nos preguntábamos? Si a cada paso se observan escenas, sujetos y cosas que terminan por hacer desagradable nuestro día.

Al final de nuestras preocupaciones desalentadoras, se nos ocurrió pensar en algo que fuera bonito, interesante, agradable. Pensar que desde nuestro aquí podríamos caminar con aliento, con ilusión, con entusiasmo, con algo positivo para nuestras propias vidas personales y obviamente para el conjunto de la sociedad. ¿Y qué era eso entonces?

La primera sugerencia que surgió en el silencio de nuestro pensamiento, fue afincarnos en nuestra universidad. En nuestro centro de estudios, lugar donde permanecemos por más de ocho horas diarias de lunes a viernes. Allí, en ese lugar donde miles de jóvenes transitan por los pasillos y permanecen por horas en las aulas, es cabalmente el punto de partida para forjar las ilusiones, los sueños y proyectos. Y lo primero que encontramos, es el entusiasmo de quienes conducen a la USAC.

¿Hacia dónde la conducen? Es la pregunta obligada y su respuesta,  la consolidación de un nuevo renacer. Un algo que ya se palpa, que se toca, que se vive y se respira. Allí están ahora los jardines que embellecen el campus como una expresión material de lo que acontece en la misma Alma Mater.  Pero el mejoramiento del ornato quedaría en el vacío, si en la construcción de su esencia la universidad no puede transitar hacia un estadio más lúcido y propositivo académicamente hablando.

En fin, en esto radica  lo que llamamos el renacimiento en los inicios del siglo veintiuno de la USAC.  La primer apuesta se orientó a mejorar la calidad académica con una visión estratégica propio de todo quehacer educativo. Formar docentes-investigadores a partir de abrir los caminos de estudios doctorales en el país y en otras universidades del mundo. Para el logro de este sueño, se requieren planes, recursos financieros, propósitos que puedan dar como resultado una docencia que entusiasme, que forme competencias y genere el gusto por el conocimiento, la investigación y la responsabilidad ciudadana con la sociedad de los estudiantes.

Efectivamente ya contamos con algunos doctorados que se imparten en la misma USAC y otros que se ejecutan con el apoyo de universidades de otros países. Por ejemplo, hemos hecho un ensamble entre la misma institución y docentes internacionales en el Doctorado en Investigación con énfasis en ciencias naturales, salud, tecnología, desarrollo social y educación. Asimismo estamos en proceso de aprobar un doctorado en la Enseñanza de las Ciencias, de manera tripartita con universidades de Honduras y el Salvador, a lo que hemos denominado “El Triángulo Norte de la Inteligencia”. Y muy pronto, se concluirá el diseño del Doctorado en Economía.

Asimismo, en este nuevo período rectoral, está la iniciativa de la  creación del Instituto de Emprendimiento e Innovación Tecnológica, orientada a los jóvenes talentosos de la juventud universitaria, a quienes los estimularemos con acompañamiento nacional e internacional en el desarrollo de ideas y proyectos innovadores.

La otra, gran iniciativa, es la puesta en escena de la Educación a Distancia en entornos virtuales.  de la cual nos apoyamos en la experiencia de la Universidad Estatal a Distancia de Costa Rica, que tiene ya cuarenta años de bregar en estas nuevas formas de aprendizaje educativo. Hemos dado inicio con algunos cursos como es Lenguaje y Matemáticas, que están ya preparados en plataformas virtuales para que tengan acceso los estudiantes de primer ingreso a la Universidad y a su vez, con la idea de generalizarlos a la población estudiantil del país, para contribuir a resolver una de las grandes fallas del sistema educativo nacional, como lo es la comprensión de la lectura y el pensamiento lógico-matemático.

La educación a distancia se orienta a privilegiar todos los esfuerzos para modificar las formas de aprendizaje y lograr que los estudiantes desde lugares lejanos a los centros educativos puedan tener acceso a estudios superiores con calidad. Es una tarea compleja su implementación pedagógica, pero hemos arrancado y confiamos en el logro de estos resultados que indudablemente revolucionará la educación superior en Guatemala.

Este es uno de los grandes giros en este renacer, porque el discurso universitario, es un discurso creíble  legitimado por el mismo accionar. Paralelo a esto van las acreditaciones internacionales de las carreras y la puesta en escena de otras iniciativas tendientes a la renovación curricular, así como el impulso de fortalecer un programa preparatorio para los estudiantes que aspiran a ingresar a la USAC. Todo esto significa que  no hay porque desalentarnos, ya que hoy marchamos por el sendero del aliento. Lo que se traduce, que cuando hay voluntad, los sueños se pueden cumplir.

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