Columnas

Ambición de poder

La Picota

La muestra de candidatos a la presidencia no pasa por un colador. Los ungidos se presentan ante los guatemaltecos como exitosos empresarios, grandes políticos o ejemplares ciudadanos, sin embargo, la honestidad y transparencia no son precisamente sus mejores cartas de presentación.

Entre ellos, hay ex funcionarios que utilizaron sus puestos como plataforma política, promocionando obras, repartiendo dádivas y puestos de trabajo para afiliados de varios partidos con el fin de alcanzar la nominación. Otros, intentaron alcanzar el poder varias veces sin éxito.

Hay muchos partidos en contienda, con sus respectivos candidatos presidenciales, pero es probable que algunos de ellos no logren inscribirse por diversas razones, por ejemplo, no completar la papelería requerida o ser considerados candidatos no idóneos por las autoridades del Tribunal Supremo Electoral, TSE.

Es posible que varios candidatos vean frustradas sus ambiciones de llegar al poder. A pesar de ello, tendrán oportunidad de negociar la ficha con otros partidos más poderosos. Sin duda, el botín político es cuantioso, aunque no será tan abundante en ésta campaña. Como siempre ocurre, surgirán las negociaciones para la primera y segunda vuelta, en donde se repartirán los puestos más altos del ejecutivo; entonces, comprenderemos que en Guatemala casi nada ha cambiado.

Se percibe el pesimismo entre la población y mucha incertidumbre por el resultado de las elecciones. Algunas figuras nuevas se están animando a participar, lo que alimenta la esperanza y la confianza en la sabiduría popular para elegir personas con solvencia para ejercer los cargos con honradez.

Quedan pocas semanas para cerrar las inscripciones. Aún hay tiempo para que los buenos ciudadanos se decidan a ejercer su derecho de participación y hagan la diferencia. Los partidos políticos son una muestra de la sociedad. Ciertos partidos políticos están integrados por algunas personas corruptas, pero también, hay personas dispuestas a dar lo mejor de sí.

En relación a la elección de candidatos a la presidencia por parte de los partidos, las nominaciones no han sido las más acertadas; de esa cuenta, tendremos que elegir entre una canasta de manzanas podridas, la más sana y presentable. Por ahora, se percibe más ambición de poder que compromiso entre los candidatos. Esperamos que el desánimo no frene nuestro deseo de un país mejor.

TEXTO PARA COLUMNISTA

Roxana Ávila Martínez

Doctora en Ciencias Sociales y Políticas, Universidad pontificia de Salamanca, Madrid, España. 2015. Licenciada en Informática y Administración Pública, Universidad Francisco Marroquín 2003. Colegiada No. 9228