Columnas

Elección impredecible y candidaturas inviables

Divi Filius

¿Cuál es el proceso para construir una campaña electoral?  Todo inicia con una simple reunión entre el posible candidato y un grupo de consultores a quienes se les plantea el interés por participar.  Los expertos en campaña luego de la primera impresión terminan por afinar el estudio con el cual determinarán si una persona tiene la viabilidad de ser una marca consumible.  Y si esto es así, al mismo tiempo, se determina cual es el alcance real que dicha candidatura puede tener.  Estos primeros acercamientos pueden ser muy cortos (simples horas o una semana de reuniones) pero son fundamentales para evitar desperdiciar recursos.

¿A qué me refiero? Una de las preocupaciones más graves que todo constructor de campañas electorales tiene es determinar que si alguno de sus potenciales clientes cae en el rublo de una candidatura inviable o una candidatura que nació muerta.  Los consultores políticos y los diseñadores de campañas están en la total obligación de ser honestos y no inflar las capacidades potenciales de sus clientes.

Plantear la inviabilidad de una candidatura tiene varios frentes.  Veamos algunos.

Primero,  el frente más común y por lo general que tiende a buscar descartarse de forma más inmediata son implicaciones legales que finiquiten una candidatura antes del inicio formal de la campaña especialmente si esto significa desgastar al candidato (el partido, afiliados y el equipo) en una guerra de recursos jurídicos. Claro, incluso en estos contextos se puede trazar una ruta pero un candidato que dobla las reglas al inicio seguramente terminará siendo un político que intentará permanentemente doblegar al sistema.  Ojo, lo anterior no excluye que muchos candidatos y sus equipos  utilicen la guerra de recursos jurídicos cómo una forma para proyectar la fiereza de su candidato ante las situaciones adversas.  Esto es por cierto el caso de Zury Ríos dicho sea de paso.

Uno de los trabajos más complicados para determinar la viabilidad de una candidatura es el nivel de anticuerpos que el candidato pueda tener.  Analizar su trasfondo, su contexto,  su pasado, el historial de su gestión pública,  su historial de declaraciones públicas y ante todo, el hecho de tener o no ´esqueletos en el closet.´  Todo lo anterior debe de entremezclarse con las capacidades discursivas, personalidad y el ´appeal´ del candidato para producir una marca que sea comestible.  En términos tradicionales, si el candidato tiene un historial desconocido, la campaña pierde mucho tiempo en introducir la imagen y el nivel de posicionamiento será limitado, incluso aunque se utilicen slogans atrevidos.  Si el candidato tiene aspectos iniciales que lo posicionan pero canaliza un anti-voto demasiado alto durante un ballotage, no importa su posicionamiento inicial jamás ganará una elección (esto es el caso de Sandra Torres).  Si un candidato tiene habilidades comunicacionales limitadas pero es conocido – independientemente de las razones- habría que determinar si su candidatura es inviable (o muy complicada) en razón de la existencia de anti-cuerpos.  A decir, mitos sobre su persona, actitudes negativas sostenidas hacia el candidato, animadversión por parte de un algún sector políticamente relevante (y si esta situación no es posible de modificarse).  A lo anterior, es necesario contemplar el ´volumen de fuerza real´ con respecto a la plataforma política que impulsa al candidato.

Por ejemplo, este es el caso de Thelma Aldana.  Su figura ejemplifica lo más complicado con relación a construir una candidatura: Realizar un balance entre capacidades para alcanzar un electorado fiel y restar los ´odios´ acumulados. Si esta operación no se lleva a cabo con exactitud, la campaña no sólo será un fracaso sino las candidaturas que le acompañan verán su carrera política finiquitada.

Por ahora las marcas electorales ya conocidas en Guatemala tienen algunas de estas características y el resto de opciones son desconocidas además de estar montadas sobre plataformas muy nuevas con dificultades de desplazamiento territorial.

Vaya si no será una elección interesante.

TEXTO PARA COLUMNISTA

David Martínez-Amador

Becario Fulbright del Departamento de Estado Norteamericano. Politólogo, UMASS-Amherst. Investigador Social en las áreas de Consolidación Democrática, Crimen Organizado Transnacional, e impacto del crimen transnacional en la gobernabilidad democrática. Miembro de la Red de Investigadores Latinoamericanos por la Paz y la Democracia ÍNSUMIISOS´ con sede en Ciudad de México. Profesor universitario y consultor. Ha trabajado en Centroamérica, México, Estados Unidos y Canadá.

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