Columnas

Las revelaciones de la lucha contra la corrupción

Pensamiento Crítico

Hemos quedado retratados como país a partir de esta lucha contra la corrupción. Aquellos primeros aires de esperanza que dejaban los casos sobre las plazas fantasmas y la energía que emanaba de la plaza parecen bastante lejanos en estos días.

Las repetidas embestidas que ha tenido este gobierno para desarmar cualquier esfuerzo que permita continuar con la lucha contra la corrupción parece estar permeando en las esperanzas del guatemalteco, quien con desánimo empieza a relegarse a que la historia de Guatemala no va a cambiar. Salvo algunos héroes que no pierden la esperanza y que siguen en la lucha porque estos pasos que se dieron no sean en vano.

La Comisión Internacional en Contra de la Impunidad en Guatemala (CICIG) durante los últimos años se convirtió en el estandarte en contra de la corrupción. Si bien el trabajo que realizó puede ser criticado por algunos o muchos, lo que no se puede negar es que sin la cooperación de esta institución ad hoc de las Naciones Unidas, en Guatemala no hubiese existido ningún esfuerzo político porque se investigaran a las personas que han ostentado los más altos puestos dentro del Gobierno.

El anuncio de la no renovación del plazo del mandato y el posterior comunicado de la expulsión de la Comisión –en un show mediático sin precedentes, por lo irrisorio- fue el golpe de gracia para que se pusiera en evidencia a la administración pública.

Primero que nada, podemos ver que el status quo ha coludido para no ceder ningún espacio a la fiscalización y la transparencia, una frase que revela este el actuar de este grupo podría ser “los negocios seguirán como de costumbre, que investiguen a los que nos quieran quitar el negocio únicamente”. Incluso si eso implica llevar la legalidad al límite, incluso cruzarla.

Esto, consecuentemente, evidencia que el Estado está totalmente cooptado. Los actores de siempre, que operan tras bambalinas, siguen operando a su antojo. Los negocios corruptos continúan siendo parte del día a día. Empoderados aún más ahora que se ha anunciado la no continuidad de la CICIG. Los avances logrados por las persecuciones penales que se han logrado a la fecha no han parecido ser suficientes para permear en los problemas estructurales que aqueja en cada rincón de la administración pública.

Por otro lado, demostró la importancia que tiene el sistema de justicia en el país. De los tres organismos de Estado el más subestimado siempre resulta ser el judicial. Sin embargo, el ciudadano de a pie se ha dado cuenta cuán importante resulta fortalecer el sistema de justicia; por un lado, para que verdaderamente se materialice una justicia pronta y cumplida y, por el otro, para no convertirse en víctima del mismo.

Lo que es claro es que las fuerzas que se aprovechan de las arcas del Estado continúan operando y que el problema de la corrupción es más grave de lo que algún día creímos.

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