Aguas con los incendios forestales
Lugar Hermenéutico
Los incendios forestales se han convertido en un serio problema de nuestro tiempo, es recurrente escuchar noticias de Norteamérica, España, Francia, Chile, en Sudáfrica, Australia, lugares en los cuales anualmente asolan millones de hectáreas de bosque y cobran numerosas vidas.
Cada Estado de acuerdo a sus circunstancias afronta esta problemática, sin embargo en la mayoría cada vez se asignan más recursos y es recurrente la aplicación de nuevas tecnologías para la detección temprana con sistemas que delatan el humo durante el día y el calor durante la noche, esta es una valiosa estrategia para los equipos encargados de la extinción.
Guatemala no está ajena a esta problemática, cabe recordar la tragedia boscosa que se suscitó en el año 1998 en Peten y recientemente escuchar a las autoridades del Consejo Nacional de Áreas Protegidas (CONAP) afirmar que se prevé una temporada alta de incendios forestales.
De acuerdo con la referida autoridad, en 2017 se registraron tres mil 633 puntos de calor. En 2018, dos mil 95 puntos y según sus proyecciones este año podría haber hasta ocho mil puntos de calor en dicho territorio, lo cual es alarmante por las graves consecuencias que cada incendio tiene en los sistemas ambientales,
Cabe recordar que por el Acuerdo Gubernativo Núm. 155-2017, se derogó el Acuerdo Gubernativo Núm 63-2001 por medio del cual se creó el Sistema Nacional para la Prevención y Control de Incendios Forestales en Guatemala, SIPECIF.
Definitivamente el SIPECIF estaba muy lejos de su deber ser, sin embargo fue un sistema concebido para labores de coordinación de las actividades para la prevención y el control de esta grave problemática que todos los años afecta nuestro país y de a poco se iba consolidando, nacional e internacionalmente en esta ardua labor que le fuera encomendada.
En un país donde casi el 33% de su territorio son áreas protegidas, la prevención y el fortalecimiento de la capacidad de respuesta para extinguir los incendios forestales deben ser una política clara de acción del Estado.
Más allá de la institución que tenga a su cargo estas labores de respuesta debe enfocarse el mayor esfuerzo en la prevención de estos, principalmente con los medios que la tecnología pone hoy al alcance en lo respectivo a la teledetección, por mencionar un ejemplo.
Lo que no podemos es únicamente resignarnos a ver como anualmente nuestros bosques se esfuman a causa de esta problemática. Sociedad civil, autoridades municipales y gobierno central deben sumar esfuerzos de forma preventiva para evitar que el 2019 sea recordado como el año en que más hectáreas de bosque se perdieron en el país por causa de los incendios forestales.
