Condiciones de vida de la mujer guatemalteca
Tanmi Tnam
El estado de las condiciones de vida de la mujer en Guatemala, particularmente en el área rural, es consecuencia, en la mayoría de casos, al tratamiento que reciben por parte de las políticas públicas ya que este amplio sector de la población está ausente en los planes de supuesto desarrollo. A la mujer se le busca en época de campaña electoral porque genera votos, que siempre aparece en segundos lugares porque así deciden los líderes.
Empecemos por los servicios de salud que deberían de tener cobertura en todo el país. En la realidad no es así, hay municipios en donde apenas funciona una instancia que atiende a toda la población y trabajan uno o dos médicos para 60 o 70 mil personas. Cuando hay oportunidad de chequeo médico lo que se obtiene es una receta y los medicamentos se deben comprar en ventas de medicina privadas. Para la mujer, en período de gestación le cuesta llegar al centro de atención de salud porque debe caminar varias horas debido a que tiene que ir de la aldea a la cabecera municipal. Si desea ir al hospital, habría que viajar de la aldea al municipio y del municipio a la ciudad cabecera del departamento que dista varios kilómetros y a horas del hogar. Hay que agregar la limitante de la comunicación cuando la mujer del área rural domina la lengua de la región que en la mayoría de veces no es el idioma oficial de los servicios de salud. Es lamentable que el servicio público de salud, pocas veces aprecia los principios, procedimientos y recursos con que cuentan los pueblos para el mantenimiento de la salud.
Los servicios de educación para la atención equitativa de las mujeres del país, cuenta con muchas debilidades, desde el uso de palabras que excluyen a la mujer y a la niña y la restricción que impone la cultura para ciertas actividades en el contexto escolar. Se tiene una cobertura con alto déficit en los grados de los ciclos básico y del diversificado que limita el acceso de las jóvenes a este nivel educativo cuyas consecuencias se reflejan en el bajo porcentaje de participación de las mujeres, especialmente del área rural. En este caso, la educación media gratuita está ausente en las regiones que más necesitan. La mujer con muchas dificultades económicas, no puede llegar a las universidades y por lo mismo no es fácil profesionalizarse en alguna carrera de su agrado.
La administración de la justicia para la mujer guatemalteca es uno de los problemas que más relucen en contra de la dignidad de ella cuando busca auxilio contra el maltrato en el contexto familiar, la discriminación en ámbitos laborales o en instituciones públicas y privadas y en espacios bajo el control de algunas religiones. Varios tribunales no tienen presencia en los municipios lo que complica el acceso debido a las distancias y falta de recursos para hacer largos viajes. Para muchas mujeres del país, acudir a los tribunales de justicia no es nada fácil porque allí se utiliza el idioma oficial y no pueden comunicarse con quienes hablan otro idioma distinto.
En el campo de la politiquería, es sabido por todos los guatemaltecos, que los argumentos y las actitudes de diputados de la actual legislatura son el mejor ejemplo de discriminación y desprecio hacia la participación de las mujeres.
Las políticas esenciales del Estado de Guatemala deben ser justas, democráticas y equitativas para atender a todas las edades de la población y de manera particular a la mujer porque su salud, educación y acceso a la justicia son condiciones básicas que propician la participación en busca del desarrollo humano del país.
