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¿Guardan relación: Alerta, miedo o agresión?

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Partiendo de cada definición: El miedo es una reacción espontánea causado por perturbaciones orgánicas, ideas de riesgo, fobias, etc.; La alerta es una postura que tomamos para evitar algún tipo de miedo, ya sea por experiencias o por comentarios que nos han hecho. También considerado una prevención de algún suceso que nos proporcione satisfacción o insatisfacción.

Por su parte la agresión es una actitud que tomamos frente a una situación que no es de nuestro agrado o simplemente por que no estamos de acuerdo con la persona que emite la idea, esta actitud de agresión puede ser física o verbal. Usualmente la alerta viene antes del miedo, sobretodo por vivencias de terceras personas que las convertimos en nuestros propios estados de alerta, por ejemplo en el caso en que un amigo nuestro nos cuenta que ayer el otro día en la tarde iba de regreso a su casa y cuando estaba sentado en la parte posterior del bus subieron unos antisociales y le robaron todas sus pertenencia, resulta elocuente que a partir de ese momento usted estará atento al montar en el próximo bus. ¿Y en el caso del miedo, bajo esta circunstancia? Basta que alguien en cuanto a su modo de actuar o vestir no sea el más pertinente y comenzará a correr la adrenalina.

Pero vayamos a un ejemplo ¿tradicional?, estando en una función de cine lleno de publico, repentinamente se produce un temblor con caracteres de terremoto. Posiblemente producto de su reacción ¿de pánico? se encomendará al señor y/o inmediatamente buscará algún que otro testigo de inmediato, que confirme que la “tierra se movió” de ser así, muchas pondrán ser las reacciones: unos trataran de alcanzar a toda carrera la puerta de escape, sin considerar  que en esa reacciona de huida podrán pasar por encima y lesionar a otras personas, otros se limitan a permanecer inquietos; se observarán, niños que lloran, mujeres que se desmayan o gritan, etc.

¿Y en el caso de la agresión? Todo dependerá del entorno en que se produce para la persona sentirse agredida. Más si la acción ha devenido, capítulo 1: Alerta, capítulo 2: Miedo y capítulo 3: agresión. Que retomando el primer ejemplo del bus, usted posiblemente sea agredido, producto de la alerta (historia echa por el amigo), por el miedo (subieron dos individuos de caras nada amigas)  y usted predispuesto se hace el “loco” mira por la ventana hacia fuera, como que si con usted no fuese, hasta “silba” en señal de que a usted poco le importa con el objetivo de amedrentar al “invasor” y tratar de pasar inadvertido, no obstante habrá tomado las medidas pertinentes: guardar su cartera, quitarse el reloj, remangarse la camisa y prepararse para “la batalla final” (la del agresor o la suya)

Todo lo anterior ilustra que las 3 palabras: alerta, miedo o agresión pueden bajo cualquier circunstancia darse en cuestiones de segundos. Que lo adecuado, lo sano es que podamos llegar hasta solo lo primero: la alerta y que de saber capear la situación, posiblemente logremos evitar el miedo y menos aún la agresión. ¿Cuál es su caso: alerta siempre?

TEXTO PARA COLUMNISTA

Ernesto González Valdés

Nació en la ciudad de La Habana, Cuba y es nacionalizado Nicaragüense tiene estudios superiores de Licenciatura en Pedagogía y posgrados en Química Orgánica y elaboración de materiales didácticos.

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