Columnas

La ley de la banda elástica

CrisolLiterario

El escritor y conferencista internacional John C. Maxwell en su obra ´La Transformación Está en Mí´ relaciona la actitud, el crecimiento personal y la virtud con la ley de la Banda Elástica, indicando que el crecimiento personal se detiene cuando se pierde la noción entre dónde estamos y dónde podríamos estar. Maxwell resalta la actitud como un sentimiento interno que tenemos para expresarnos externamente comentando que existe una conexión definitiva entre la actitud y el éxito. El autor indica que cambiar nuestra actitud puede o podría ser una de las cosas más difíciles. Debe serse noble y humilde para avanzar en el crecimiento formativo de valores personales siendo versátiles como el hule y la palmera. De ahí, el término, Banda Elástica.

Coincidentemente a las lecturas del libro ´La Transformación Está en Mí´, la Universidad Galileo en convenio interinstitucional con el Ministerio de Desarrollo Social ofrece la maestría y la licenciatura en Administración Pública y Gobierno con énfasis en finanzas en donde una de las materias, aunque todas interesantes, es el curso de Ética. Se hace énfasis en el concepto de  ´virtud´ exponiendo el pensamiento que indica: “Deja que la virtud engalane tus pensamientos”.  En la lectura 5, titulada: ¿Es necesaria la virtud en nuestra vida? Se enseña que la virtud radica en ubicar o buscar un término medio entre los excesos, indicando que todo exceso  -revelado por Platón en sus diálogos- es un vicio.

Pero ¿Cómo reconocer ese término medio? Con magnífica ilustración se enseñó en clase que la educación adecuada, la prudencia y templanza son elementos indispensables para reconocer el término medio, ese equilibrio. La segunda sentencia o máxima explicada en clase es: “La virtud se adquiere repitiendo una conducta, hasta que se convierta o se vuelva un hábito”.  El concepto de Bushido Japonés fue el ejemplo visto de cómo una sociedad en conjunto establece sus propios hábitos de comportamiento social. Bushido que en su traducción es “El Camino”, es un código ético estricto y particular practicado por los samuráis (bushi) en el que la lealtad y el honor son, el estandarte de la virtud.

El término bushi también puede asociarse con la expresión “Caballero Armado” en referencia a que no es simplemente una lista de reglas a las cuales un caballero armado o guerrero debe apegarse a cambio de un título o un reconocimiento, sino un conjunto de principios que preparan a un hombre o a una mujer para enfrentarse a las adversidades de la vida sin perder su humanidad y sin aislar su contacto con los valores básicos. Sintetizando, bushi describe una forma de vida -a modo de una prescripción- formadora de hombres (varón y hembra) para enfrentar las pruebas y desafíos de la vida con nobleza, pero con templanza.

Cuando veíamos la lección 2, “Las Leyes” siempre en el campo de los diálogos de Plantón, en donde intervienen Aristóteles; Megilo, el espartano y Clinias, cretense; tres ancianos tocando el tema de Leyes. En ese momento pude hacer una asociación de la forma de pensar la política de aquella época posiblemente de forma directa, sana y conspicua versus la complejidad en lo que se ha convertido el actuar político en esta dorada época del Siglo 21. Los tres ancianos hablaban de: 1. La revelación divina de las leyes, 2. El papel de la inteligencia en la legislación, 3. La relación entre filosofía, religión y política, 4. El papel de la música, el ejercicio y la danza en la educación, 5. De la relación y convergencia existente entre la ley natural y la ley positiva.

Estos preceptos que fundamentalmente están orientados a la persona humana, a la familia y a los fines y deberes del Estado (que somos todos) están recogidos en la Constitución Política de la República de Guatemala en su Título I, en un único capítulo y dos artículos: Artículo 1º Protección a la persona y artículo 2º Deberes del Estado: “Es deber del Estado garantizar a los habitantes… la vida, la libertad, la justicia, la seguridad, la paz y el desarrollo integral de la persona”. Estos principios que igual están certeramente invocados en el preámbulo de la Constitución son de carácter humanista, cuyo fin supremo es la realización del bien común y el desarrollo integral de la persona.

A manera de colofón o complemento, permítaseme entrar en ciencia política -tal como en los diálogos de aquella lejana y remota época-; desde luego, respetando las diferencias. Pero fundamentalmente, para  situar mí grano de arena en el desarrollo económico, social y político de Guatemala y es que desde este espacio de comunicación escrita #Crisol Literario, se espera de los perfiles de política (candidatos/as) hablar de la persona humana, de la familia y de los fines y deberes del Estado, credos supremos de la Carta Magna Constitucional Guatemalteca. Aparte de la formación partidaria que desde su origen lleva la palabra humanismo desarrollando apropiadamente estos términos, no se escucha en el resto de los discursos presidenciables (al menos de los que he oído) que los candidatos estén convencidos de trabajar por el desarrollo humano sobre la base de fortalecer las economías familiares, mejorar el turismo local ecológico, el tratamiento de la basura, el manejo integrado de cuencas hidrográficas (38 cuencas en total) que son las unidades geo-espaciales naturales de la configuración orográfica de nuestro territorio. Tampoco se escucha de las estrategias que vendrán a fortalecer la política de compensación social y fuentes de trabajo por la vía de las Mipymes.

Todo lo anterior puede resumirse en tres aspectos: 1. ¿Cómo administrar el patrimonio nacional?  2. ¿Cómo aumentar el tributo (SAT) para ampliar el ingreso en las arcas nacionales? y 3. ¿Cómo distribuir eficaz y eficientemente, por la vía del presupuesto nacional, esos recursos financieros recaudados? y ¿Cómo supervisar la calidad del gasto público? Con estos cuatro ejes de trabajo bien discursados por parte de los presidenciables, diputados/as y futuribles alcaldes/as tendrían fundamento para convencer al electorado. En mi caso, hasta hoy, solo he escuchado estos temas abordados con profundidad en las entrevistas realizadas al doctor Mulet. Pero me encantaría saborear aquel discurso fino y profundo de parte de otros candidatos/as. Y mientras digo un hasta luego, anuncio que seguiré estudiando y aprendiendo de los diálogos de Platón sanos, racionales y equitativos, para próximas entregas.

TEXTO PARA COLUMNISTA

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