Libertad de Prensa y Democracia

Divi Filius

No todas las democracias son iguales.  De hecho, habrá contextos en los cuales la palabra democracia significará simplemente el proceso electoral y habrá contextos en los cuales además de los regulares procesos electorales existirán otras condiciones importantes.  Esas condiciones o garantías, van desde el principio de libre participación hasta el respeto al marco constitucional.  Y dentro de las garantías de derechos que un contexto democrático pleno debe poder garantizar, ninguno tan importante como la libertad de expresión.

La diferencia entre el autoritarismo y la democracia, o la democracia de baja intensidad con la democracia de alta calidad  pasa, en muchas ocasiones, por la forma cómo aquellos en el poder reaccionan ante la crítica.  En democracia, y sobre todo cuando la democracia trasciende un simple plano formal, no hay espacio para prácticas que asemejen la censura.  Ostentar el poder viene con una enorme responsabilidad y esta es, aprender a controlar los impulsos que se producen frente a la crítica que proviene de la prensa o de la ciudadanía misma.  El verdadero demócrata debe estar dispuesto a ejecutar el valor de la tolerancia antes que, la violencia, incluso si esta misma violencia pasa por la judicialización de los conflictos.

El comportamiento de la candidata Sandra Torres es preocupante. Abusar de una figura jurídica importante (violencia sicológica contra la mujer) para lograr que un juzgado prohíba se publique contra la candidata Torres es un precedente nefasto.  Un precedente nefasto y además, muestra de inmadurez en una candidata que ya debería mostrar la experiencia ante el ´colmillo de la prensa´.  Ser demócrata, y ser liberal,  significa creer en la deliberación cómo la única forma que justicia la toma de decisiones así cómo, reconocer que hay derechos que son intocables.  Lo anterior es la característica fundamental del ethos democrático y a lo que cualquier régimen político legítimo desea aspirar.

Las acciones de la candidata Torres pueden transformarse en un boomerang que afecte su campaña.  He allí uno de los graves errores que cometen los candidatos en los procesos electorales: Que para evitar publicaciones que demeriten la imagen electoral se utilizan los juzgados para lograr censura.  La cuestión, es que con este tipo de acciones se confirman los temores de la denominada ´Sandrofobia´: El temor a una candidata presidencial que está dispuesta a realizar lo que sea para llegar al poder e incluso, mantenerlo.

TEXTO PARA COLUMNISTA

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David Martínez-Amador

Becario Fulbright del Departamento de Estado Norteamericano. Politólogo, UMASS-Amherst. Investigador Social en las áreas de Consolidación Democrática, Crimen Organizado Transnacional, e impacto del crimen transnacional en la gobernabilidad democrática. Miembro de la Red de Investigadores Latinoamericanos por la Paz y la Democracia ÍNSUMIISOS´ con sede en Ciudad de México. Profesor universitario y consultor. Ha trabajado en Centroamérica, México, Estados Unidos y Canadá.