Columnas

Las causas históricas del cambio climático y la tragedia ecológica actual

Nueva Sociedad

Los hombres y mujeres homo sapiens originarios del planeta tierra surgieron entre África y Asia hace más de 70 mil años. Vivieron 50 mil años sin agricultura. La primera barrera natural que tuvieron que vencer fue el mar. Eran parte de un planeta dividido en ecosistemas distintos y de conjuntos únicos de animales y plantas. Con la revolución cognitiva de hace diez mil años, los homo sapiens, según Harari Yuval Noah en su libro “Sapiens” -2019-(hombres sabios ¿?) desarrollaron junto con la tecnología, habilidades de organización y una estrategia inteligente para poder salir de Afro Asia, de un conjunto de islas de Indonesia, para colonizar el mundo exterior.

La primera parada fue Australia hace unos 45.000 años. Cruzaron el mar, al desarrollar las primeras sociedades navegantes, emigraron y se adaptaron fácilmente a un ecosistema diferente. Se convirtieron en pescadores, navegantes y exploradores de largas distancias. Construyeron barcas, las manipularon y con ello llegaron a Australia. Dieron origen al comercio marítimo en y entre islas como Nueva Irlanda y Nueva Bretaña. Este fenómeno es de importancia histórica, ya que al igual que la conquista española, fue la primera vez que los humanos abandonaron el sistema afro asiático. A partir de entonces se colocaron en el primer peldaño de la cadena alimentaria y, con ello, en la especie más mortífera y destructora de la faz de la tierra. Todo les pertenecía y podían hacer lo que querían.

Estos conquistadores rápidamente transformaron el ecosistema australiano, lo  devastaron y lo dejaron irreconocible. Mataron y desaparecieron a los enormes mamíferos marsupiales: al diprotodonte y al uómbat. “De las 24 especies animales que pesaban 50 kilogramos o más, 23 se extinguieron”. Las causas del primer cambio climático ocurrido no fueron nuevas pautas meteorológicas, ni la desaparición significativa de la fauna marina, ni las extinciones de la mega fauna australiana ni la de Nueva Zelandia. Los Homo sapiens de Eurasia pasaron a Norte América y con ello los mamuts se diezmaron, indicando así una tendencia asesina ecológica en serie que expresa esta especie, desde entonces y hasta hoy.

Con la tecnología de la Edad de Piedra estos humanos perfeccionaron sus habilidades de caza y provocaron la extinción de especies, a las cuales les era urgente tener un buen y tranquilo ámbito natural. Además éstos con dominar la agricultura y teniendo el fuego, quemaban para sembrar, con todas sus consecuencias negativas cuando llegaron a Australia. Con esta arma destructora cambiaron la ecología de grandes partes de Australia en unos pocos milenios, según lo comprobó Yuval Noah. La extinción de la mega fauna australiana fue posiblemente la primera marca homo sapiens que alteraba negativamente al cambio climático de manera profunda. El objetivo de estas prácticas depredadoras, como patrones recolectores, era la obtención de proteínas animales para mejorar su alimentación y para alcanzar una vida buena y saludable, que con el fuego asaban y consumían. Además de la carne, obtenían el marfil de mamuts, como fuente de riqueza y poder material. Todo esto los hizo prósperos, pero a costa de la explotación y destrucción de la riqueza natural, no del cuidado y diversificación de animales y plantas.

De Norte América pasaron a México y América Central, al sur, pues era una región menos fría. Esto demuestra su enorme e incomparable capacidad para la adaptación, al igual que su actitud destructiva y consumidora. En esta parte del mundo hicieron desaparecer la riqueza animal y vegetal, la diversidad natural y las especies únicas las extinguieron en dos mil años. Esta descripción permite afirmar que la primera oleada de la colonización de los sapiens es uno de los desastres ecológicos más grandes y célebres que han ocurrido en el reino animal, donde los perdedores fueron los animales más grandes y peludos, utilizados para la carne y las pieles para el frío. Consumieron más de la mitad de las grandes bestias del planeta, mucho antes de que se inventara la rueda, la escritura y las herramientas de hierro. Esta tragedia ecológica se ha venido repitiendo en muchas ocasiones y a una escala menor después de la revolución agrícola con la producción humana de alimentos y el diseño de vida sedentaria en comunidades.

Para este autor, a la primera oleada de extinción que acompañó a la expansión de los cazadores-recolectores se le ha denominado la primera revolución cognitiva, fue seguida por la segunda  extinción hecha por los agricultores recocida como la revolución agrícola La tercera ola, o sea la actual que se inició hace más de 300 años, fue la revolución industrial. El estilo sapiens ha provocado la contaminación, la producción industrial y el uso excesivo de los recursos naturales y oceánicos por parte de los humanos. Esto nos califica como la especie más mortífera en los anales de la biología. Otro sonado ejemplo de ello es la extinción de los peces que están al borde de la desaparición, como producto final de la revolución industrial. Las ballenas, tiburones, atunes y delfines, seguirán el mismo camino que los perezosos y los mamuts. Y posiblemente después, cuando hayamos acabado con todo, nos destruyamos entre nosotros, para continuar y perpetuar nuestras tendencias e instintos destructores.

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