Columnas

Ni un voto a la izquierda

Kidon

Estamos a pocos días de emitir el sufragio para elegir a las autoridades presidenciales, legislativas y municipales que regirán el destino del país por los próximos cuatro años. Ante ello, resulta sumamente importante hacer un llamado general para evitar a toda costa que candidatos de izquierda, centro izquierda o los que coquetean con esta ideología fracasada, asuman algún cargo público.

La razón es simple, pues al recordar que fue la extrema izquierda la que con el fin de tomar el poder por medio de las armas, para implantar un régimen comunista en el país, nos enroló en una guerra interna de poco más de treinta y seis años, por virtud de la cual fallecieron miles de personas a manos de esos asesinos, quienes además destruyeron grandes obras de infraestructura nacional, que afectaron directamente el patrimonio del Estado y el desarrollo comunal, pues para defendernos de la agresión de estos salvajes, nos vimos en la necesidad de invertir parte del presupuesto en nuestra protección.

Luego de la firma de la paz, estos delincuentes terroristas continuaron la guerra por otros medios, unos disfrazándose de defensores de derechos humanos, otros de oenegeros y otros de políticos partidistas, pero todos con la misma intención, destruir la institucionalidad del país, la familia y las garantías constitucionales, para facilitar así su asenso vitalicio al poder.

Por ello, cualquier organización política con ideales socialistas es un grave peligro para la seguridad nacional, más si sus líderes, su plan de trabajo o su discurso público, hacen referencia al regreso de la CICIG o del non grato al país, están a favor del aborto, del matrimonio igualitario o de las abominaciones LGTBI, de la inclusión sexista o racista, son afines a los demócratas, están en contra de la familia, de la propiedad privada o de la libertad individual y más aún si se inclinan por reconocer al gobierno ilegitimo del comunista Nicolás Maduro, o las aberraciones de la corrupta ONU.

De la misma forma, si los candidatos a elección popular o fundadores de los partidos políticos,  están prófugos de la justicia o vinculados a proceso penal por graves hechos de corrupción, son señalados de financiamiento electoral ilícito, de amordazar la libertad de expresión a través de procesos legales espurios, o de pretender nacionalizar una serie de servicios así como usurpar propiedades.

Debemos evitar también, votar por candidatos a diputados que sean tránsfugas, así como de todos aquellos que ostentando ese cargo público, legislaron en contra de los intereses del pueblo o evitaron la promulgación de normas que garanticen la paz social o fueron sindicados de violencia contra la mujer o la comisión de otros delitos.

De igual forma, si durante la invasión que sufrió el país, el aspirante estuvo ausente, escondido en otro país o cómodamente en su casa de espectador, pactó con los invasores o manejó perfil bajo evitando salir a manifestar por temor a ser encarcelado, desprestigiado o perder su visa, pues, si de precandidato permitió una ofensa a la soberanía nacional y no se pronunció, que podremos esperar de ser electo.

Si su candidato a elección popular recae en una o más de las consideraciones antes indicadas, claramente estaremos en presencia de un candidato de izquierda y por ende de un enemigo de la libertad y usted por el bien de la nación y sus generaciones, desde ningún punto de vista puede darle su voto, pues ello equivaldría a someter el país al dominio de un tirano.

Piense, medite y analice que la mejor propuesta electoral es la que tenga contemplada la defensa de la soberanía nacional, de la propiedad privada, la generación riqueza a través del empleo, la industria y el comercio, así como el fortalecimiento institucional para la prestación de servicios públicos de calidad.

Al final, la pregunta es sencilla, ¿hasta donde está usted dispuesto a perder?. #NiUnVotoALaIzquierda.

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Raúl Falla

Abogado y notario

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