Los Enemigos de los Migrantes
Evolución
No dejamos de inmutarnos cada vez que tenemos noticias o vemos imágenes desgarradoras de las crecientes tragedias que sufren muchos hermanos centroamericanos en su odisea por llegar a los Estados Unidos. Para muchos, la salida más cómoda y la excusa más fácil está en echarle la culpa al gobierno de Estados Unidos, maldecirlo y exigirle que de forma inmediata abra sus fronteras a cuanta persona desee ingresar a dicho país, como si con solo ese hecho fueran a acabarse todos nuestros males. La realidad es que los políticos norteamericanos adoptarán las medidas que resulten beneficiosas para su propia conveniencia política y poco o nada les importará lo que algunos pretendan reclamarles desde nuestro subdesarrollo tropical, que es más mental que otra cosa. De hecho, en la lógica de la agudizada polarización que viene viviendo Estados Unidos, el tema de la crisis migratoria en Estados Unidos ya se ha convertido en un issue que se utiliza estratégicamente para ganar votos. Los demócratas ofrecen la expansión de su ideal del welfare state para que abarque a migrantes en situación irregular y algunos hasta han propuesto promulgar una ley para darles ciudadanía inmediata. Por su parte, los republicanos ofrecen endurecer las políticas para resguardar sus fronteras y reducir el ingreso de personas ilegalmente, hasta deportaciones masivas. En ambos casos, ofrecimientos populistas con miras a agenciarse de votos de sus respectivos constituencies.
Repito, desde el trópico subdesarrollado y con su característica mentalidad infantil, resulta fácil echarle la culpa a las políticas endurecidas de la administración Trump (porque nadie osa acusar a Obama quien incrementó sustancialmente las deportaciones en su administración, porque eso sería faltar a su habitual hipocresía), o al fracaso de los demócratas en implementar las iniciativas que dicen proponer en favor de los migrantes. No son Estados Unidos, ni su gobierno, ni sus políticos los culpables de la desgracia que padecen quienes toman la decisión de dejar sus países poniendo en riesgo sus vidas y también, irresponsablemente, las de muchos menores indefensos; los verdaderos enemigos de los migrantes viven aquí mismo, entre nosotros.
Se justifica la necesidad de migrar en la desesperanza, en la miseria, en la falta de oportunidades que aquejan a buena parte de la población de nuestra región. Pero nadie señala a las personas, políticas e ideas que han enterrado a estas naciones en esas circunstancias miserables. Hoy está de moda echarle la culpa a la corrupción, como si todos nuestros males fueran a desaparecer una vez logremos meter a la cárcel a la inagotable fila de políticos corruptos. Pero nadie apunta a las causas reales que provocan la falta de crecimiento y de oportunidades, nadie se atreve a cuestionar sus paradigmas estatistas, nadie acepta admitir que la corrupción es intrínseca al estatismo, nadie se esfuerza por aprehender las verdaderas causas del desarrollo ni por exigir que se consoliden.
¿Cuántos aplaudieron a las cortes por sus atrocidades en contra de la certeza jurídica? ¿Cuántos se quedan inertes ante la pasividad del congreso para aprobar reformas tan elementales como el trabajo a tiempo parcial, para darle flexibilidad y oportunidades al mercado laboral? ¿Cuántos actúan en complicidad con los sindicalistas que se oponen férreamente a cualquier iniciativa que afecte sus particulares intereses y privilegios así sea en contra de los intereses de los trabajadores que dicen representar, y les descubra como inútiles? ¿Cuántos celebraron la legalización del terrorismo fiscal en las mal llamadas reformas tributarias que ahuyentan inversiones? Recuerde, por ejemplo, el efecto en el salario de los trabajadores de las escalas más bajas cuando existían incentivos fiscales razonables para dotarles de oportunidades de empleo que se fueron a otros países. Algunos mercantilistas, por ejemplo, lograron mantener sus privilegios, sacrificando las condiciones favorables para la inversión para el resto. ¿Cuántos se oponen a que iniciativas de empresarios que arriesgan su propio capital resuelvan las grandes necesidades de infraestructura que tiene el país, para hacer la producción más eficiente y competitiva? Juzgue usted: ¿quiénes son los verdaderos enemigos de los migrantes?

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